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El cardiólogo y leyenda del baloncesto Corbalán alerta del daño cardiovascular "profundo y duradero" de los esteroides

El medallista olímpico en Los Ángeles 1984 ha explicado a Libertad Digital el daño permanente que causan estas sustancias.

El medallista olímpico en Los Ángeles 1984 ha explicado a Libertad Digital el daño permanente que causan estas sustancias.
Juan Antonio Corbalán, quien fue base del Real Madrid de baloncesto | Cordon Press

El uso de esteroides anabolizantes con fines estéticos o deportivos conlleva un deterioro profundo y duradero del sistema cardiovascular, incluso tiempo después de haber cesado su consumo. Así lo ha afirmado el cardiólogo Juan A. Corbalán, quien ha charlado con Libertad Digital sobre los mecanismos fisiopatológicos por los que estas sustancias alteran de forma irreversible la estructura y función del corazón.

El exbase del Real Madrid, plata en el Eurobasket de Francia 1983 y en Los Ángeles 1984, ha subrayado que estos compuestos no sólo aumentan el riesgo de muerte súbita, infartos y arritmias, sino que comprometen la función cardíaca de forma subclínica y persistente, sin necesidad de que aparezcan síntomas en las primeras fases. Además, ha alertado de que las prácticas extremas asociadas al culturismo –como dietas hiperproteicas, deshidratación forzada o uso de diuréticos– pueden agravar los daños en órganos vitales como el riñón o el hígado.

Deterioro del corazón incluso tras dejar los esteroides

Corbalán ha explicado que los esteroides "afectan al corazón alterando de forma no fisiológica su estructura y función". Con un efecto directamente relacionado con la dosis, estos compuestos inducen hipertrofia ventricular, engrosando las paredes del corazón y reduciendo su capacidad de llenado. Esto compromete el volumen telediastólico, que es clave para una eyección eficaz.

A largo plazo, estas paredes engrosadas tienden a fibrosarse, lo que compromete la función sistólica y favorece la aparición de arritmias potencialmente letales. "Este deterioro cardíaco puede mantenerse incluso años después de dejar de usarlos", ha confirmado, y ha añadido que muchos pacientes desarrollan taquicardias compensatorias. Según el cardiólogo, diversos estudios han documentado que el uso de anabolizantes se asocia a una disfunción persistente del ventrículo izquierdo y a un incremento del riesgo de eventos cardiovasculares graves.

Además de los ataques cardíacos, los derrames cerebrales son otro de los efectos del uso de esteroides anabolizantes. Corbalán ha afirmado que "el aumento del colesterol (hiperlipemia) puede estar detrás de todo ello por la formación de placas de ateroma". Asimismo, estos compuestos "pueden afectar a otros órganos o sistemas como el hígado, piel, riñón y sistema endocrino, y pueden causar depresión o dependencia".

Riesgos en menores y jóvenes

El cardiólogo ha advertido de los riesgos específicos en menores y jóvenes: "Estos cambios son especialmente perjudiciales en quienes no han completado su desarrollo, ya que el desequilibrio entre la demanda del músculo y la capacidad del corazón se agrava aún más".

Preguntado por las diferencias entre sexos, Corbalán ha reconocido que los efectos cardiovasculares en los hombres "se replican en la mujer, aunque en su caso se añaden signos de maculinización": voz ronca, alteraciones o pérdidas de menstruación, crecimiento del clítoris, pérdida de pecho, acné y alopecia. En cuanto a la fertilidad, ha alertado de que la esterilidad puede volverse permanente en mujeres, al igual que la impotencia en varones.

El impacto en el riñón

Las dietas ricas en proteínas, habituales en el entorno del culturismo, también representan un riesgo si se utilizan de forma prolongada o sin control médico. Aunque en personas sanas no deberían causar problemas por sí mismas, el abuso proteico puede desencadenar hiperfiltración renal, que con el tiempo lleva a fibrosis glomerular e insuficiencia renal.

"El deportista, sea aficionado o profesional, debe hacerse un buen estudio de salud renal antes de adoptar este tipo de dietas", ha recomendado. Además, ha aconsejado priorizar proteínas de alto valor biológico –como carnes magras, claras de huevo, proteína vegetal de las legumbres o lácteos desgrasados– y limitar el consumo a 1,5 gramos por kilo de peso corporal como máximo, "aunque se sabe de su abuso en muchos casos".

Una sobrecarga sistémica

Corbalán ha subrayado que un aumento muy rápido de masa muscular o de peso exige al corazón un rendimiento para el que no está preparado. "El uso de esteroides crea un desajuste entre la demanda del músculo y la oferta de oxígeno que puede asegurar el corazón", ha explicado. Esta sobrecarga global afecta a la economía orgánica entera, incluidos los sistemas renal, hepático y endocrino.

Además, alerta sobre la dependencia psicológica que se genera al necesitar más dosis para mantener la masa muscular, lo que perpetúa el ciclo de riesgo. "El músculo acaba fibrosándose, con mayor riesgo de lesión, y se entra en un patrón de consumo peligroso".

La importancia del agua en el cuerpo

Más allá del dopaje, hay otras prácticas comunes en el culturismo que pueden tener consecuencias médicas inmediatas. Entre ellas, destaca la deshidratación extrema utilizada para definir la musculatura antes de competir. "Esta práctica, que es puramente estética, puede derivar en urgencias médicas si no se controla adecuadamente", ha explicado.

Añade que el organismo humano, compuesto en más de un 60% por agua, necesita mantener su equilibrio hidroelectrolítico para asegurar funciones esenciales como el transporte de nutrientes, la protección articular y la circulación sanguínea. "No siempre más es mejor. Interferir en el normofuncionamiento del cuerpo puede tener efectos fatales", ha señalado.

La importancia de prevenir

Corbalán no ha dejado lugar a dudas: "Los culturistas tienen un riesgo claramente superior de muerte súbita y arritmias respecto a la población general". Estos efectos, ha añadido, "pueden manifestarse incluso años después de haber abandonado la competición profesional".

Entre los factores implicados destaca no solo el uso de esteroides, sino también el de estimulantes, diuréticos y otras sustancias dopantes que alteran de forma artificial el rendimiento físico, sin respaldo médico ni control clínico.

Para concluir, el cardiólogo ha lanzado una recomendación y un consejo: "Cualquier persona que quiera hacer deporte, sea cual sea, debe ponerse en manos de un médico. Si no lo quiere así la moderación y el ir poco a poco, es el mejor sistema. No será campeón del mundo, como tampoco lo será entrenando de forma imprudente, pero por lo menos disfrutará de lo que hace y mantendrá su salud".

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