Jorge Lorenzo está dolido. El piloto mallorquín, que hace dos años cerró su fichaje por Ducati hasta el final de la presente temporada, tiene ahora mismo pie y medio fuera de la marca italiana después de unos meses llenos de sinsabores. Séptimo el año pasado en la clasificación general del Mundial de MotoGP, el balear marcha este curso en decimocuarta posición con sólo 16 puntos tras haber sido decimoquinto en Termas de Río Hondo, undécimo en Austin y haberse retirado en Losail y en Jerez de la Frontera. Unos resultados decepcionantes que han hecho saltar las alarmas en el box del equipo italiano y que llevan al propio Jorge a pensar en cambiar de aires, una vez finalice su contrato con el fabricante de Bolonia.
"Es un gran piloto que no ha sabido encontrar la forma de extraer lo mejor de la moto", dijo recientemente Claudio Domenicali, director general de Ducati, para dar un serio toque de atención a Lorenzo.
El piloto de Palma de Mallorca, de 31 años y en tres ocasiones campeón del mundo de MotoGP (2010, 2012 y 2015, todas ellas con Yamaha), no duda en recoger el guante y contestar a Domenicali. "Él es el capo, da sus opiniones y yo debo respetarlas. Pero yo le digo esto: 'Yo no soy un gran piloto, soy un campeón'", respondía Lorenzo al director general de Ducati.
En los últimos días, varios medios españoles han publicado que Jorge tiene pensado jubilarse a final de temporada, cuando acabe su contrato con el equipo italiano. Pero nada más lejos de la realidad. "Al contrario de lo que se ha publicado en algunos medios, voy correr al ciento por ciento dos años más en MotoGP, y será con una moto competitiva", respondía el piloto español el jueves en el circuito de Mugello, escenario este fin de semana del Gran Premio de Italia.
"En Montmeló (escenario del GP de Cataluña, el tercer fin de semana de junio) seguramente tendréis más información, pero del futuro sólo puedo decir esto", añadía Lorenzo. Jorge "está mirando otras alternativas", apuntaba el representante del piloto, Alberto Valera.
Y esas alternativas pasan por regresar a Yamaha, la marca del diapasón con la que tan buenos resultados consiguió en el pasado. En concreto, Lorenzo montaría una Yamaha satélite y lo hará en el seno de un equipo privado que sería creado gracias al apoyo brindado por Lin Jarvis, director de Yamaha Motor Racing, y al impulso económico que le garantizará un gran patrocinador.
Las negociaciones están muy avanzadas y el entorno del piloto confía en poder anunciar el cambio de escudería dentro de dos semanas en Montmeló.
Hace unos días se especulaba con la posibilidad de que Jorge Lorenzo fichara por Suzuki, tras conocerse que Andrea Iannone no seguirá la próxima temporada, pero el inminente fichaje de Joan Mir terminaba por dar un giro de 180 grados a los acontecimientos.
Cobraba así fuerza la posibilidad de que esto supusiera el final de la carrera deportiva de Lorenzo. Sin embargo, parece que vuelve a abrirse la puerta que una vez se cerró, la de Yamaha. Una cosa queda clara: después de la guerra de declaraciones entre Domenicali y Lorenzo, el futuro del veterano piloto no está en Ducati.
