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ANIMANDO AL EQUIPO CON LOS ULTRAS

Multan a un jugador de la Lazio por hacer el saludo fascista

El argentino de la Lazio Mauro Zárate ha sido sancionado con 10.000 euros por el comité disciplinario italiano no por ver el encuentro con los radicales ultras laciales, de los más agresivos, y contribuir con ello a la exaltación de la violencia, sino literalmente por "realizar el saludo fascista".

El delantero argentino Mauro Zárate, que actualmente milita en la Lazio italiana, ha sido sancionado con una multa de 10.000 euros por realizar el saludo fascista durante el encuentro que enfrentó a su equipo con el Bari la temporada pasada.

El futbolista, que se encontraba sancionado, se mezcló con los ultras laciales, los irriducibili, uno de los grupos de aficionados radicales más conocidos y violentos del panorama futbolístico, de claras tendencias de ultra derecha y hermanados con los Ultras Sur del Real Madrid, con los que animó a su equipo en el encuentro del pasado 14 de marzo.

Durante los noventa minutos el argentino estuvo apoyando a sus compañeros de equipo entremezclado con dichos ultras, algo que podría interpretarse como exaltación de la violencia en el fútbol. Sin embargo, la sanción dictaminada por la Comisión de Disciplina de la Federación Italiana de Fútbol se remitió únicamente al "saludo fascista" que realizó Zárate en un momento determinado.

Las imágenes de Zárate en la grada con el brazo levantado durante el calentamiento de su equipo previo al encuentro fueron publicadas por los medios italianos tras el partido contra el Bari, generando numerosas críticas.

Junto al argentino y también entre los irriducibili se encontraba Renata Polverini, elegida posteriormente presidente de la región del Lacio, cuya capital es Roma.

El futbolista se había defendido asegurando que no conocía el significado del gesto y que se había visto "obligado" a realizarlo dada la situación. De hecho su hermano y agente ha asegurado que "Mauro ni siquiera sabe quiénes son Hitler o Mussolini". Quizá el argentino haya pecado de ingenuidad al levantar el brazo, pero no al mezclarse con los radicales ultras de la Lazio. Ahí seguramente sí se equivocó.

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