L D (EFE) Leko, de 23 años, tenía suficiente con el empate para ser campeón, mientras que Kramnik necesitaba ganar, ya que los desempates favorecían al húngaro, que había ganado más partidas. La fase de apertura, una defensa siciliana, se jugó con mucha rapidez en una línea ya preparada en el laboratorio. Leko ganó un peón, después de un cambio de piezas menores (alfiles y caballos), que fue rápidamente recuperado por Kramnik. En la fase final del juego, abierta y compleja, la mayoría de analistas y grandes maestros daban ventaja casi decisiva al ruso, que tenía un peón pasado; pero Leko, al que se le debería dar el premio de la combatividad, luchó para conseguir el empate que le daba el triunfo, y lo consiguió. En rueda de prensa posterior, Leko declaraba que estaba muy contento por su victoria y que este torneo había sido una prueba de fuego que le iba a permitir aspirar, con más optimismo, a ganar el mundial.
El indio Viswanathan Anand, tercero del escalafón, y el número uno, el ruso Gari Kasparov, han empatado una partida que comenzaba con una defensa siciliana, en la que sólo se jugaban la honrilla. Kasparov se presentó a la sala de juego con casi cuatro minutos de retraso, lo que causó problemas a los fotógrafos y cámaras, que sólo tienen cinco minutos para realizar su labor. Pero nadie se atreve a decirle nada al irascible Ogro de Bakú . El duelo comenzó bien al emplear Kasparov una variante agresiva de la siciliana a la que contestó Anand con la misma agresividad. En el medio juego, la posición estaba más o menos equilibrada aunque el ruso tenía mejor estructura de peones. Kasparov se decidió a atacar en el ala de rey, pero Anand se defendió con toda precisión y se acabaron firmando las tablas después de tres horas y media de juego. Mal resultado para el número uno, que ha quedado cuarto en la clasificación y no ha jugado con su habitual estilo que atemorizaba a los contrarios.
En la última y más larga partida de la jornada, gran decepción para los seguidores de Paco Vallejo, que perdió, con blancas, con el campeón del mundo de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el ucraniano Ruslan Ponomariov. La partida, que se inició con una irregular defensa india de dama, estuvo todo el tiempo muy equilibrada. Vallejo lanzó pronto su infantería en el ala de dama, se fueron cambiando todas las piezas y se llegó a una final igualada de torres y peones que suelen acabar en tablas. Pero, en los sempiternos apuros de tiempo, Vallejo perdió un peón sin compensación y Ponomariov, con técnica perfecta, ganó una partida que debería haber acabado en tablas. Ha sido un final de torneo que no merecía el menorquín que ha hecho el mejor juego de su carrera ajedrecística y que podía haber acabado quinto y subir muchos puestos en la clasificación mundial.
El indio Viswanathan Anand, tercero del escalafón, y el número uno, el ruso Gari Kasparov, han empatado una partida que comenzaba con una defensa siciliana, en la que sólo se jugaban la honrilla. Kasparov se presentó a la sala de juego con casi cuatro minutos de retraso, lo que causó problemas a los fotógrafos y cámaras, que sólo tienen cinco minutos para realizar su labor. Pero nadie se atreve a decirle nada al irascible Ogro de Bakú . El duelo comenzó bien al emplear Kasparov una variante agresiva de la siciliana a la que contestó Anand con la misma agresividad. En el medio juego, la posición estaba más o menos equilibrada aunque el ruso tenía mejor estructura de peones. Kasparov se decidió a atacar en el ala de rey, pero Anand se defendió con toda precisión y se acabaron firmando las tablas después de tres horas y media de juego. Mal resultado para el número uno, que ha quedado cuarto en la clasificación y no ha jugado con su habitual estilo que atemorizaba a los contrarios.
En la última y más larga partida de la jornada, gran decepción para los seguidores de Paco Vallejo, que perdió, con blancas, con el campeón del mundo de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el ucraniano Ruslan Ponomariov. La partida, que se inició con una irregular defensa india de dama, estuvo todo el tiempo muy equilibrada. Vallejo lanzó pronto su infantería en el ala de dama, se fueron cambiando todas las piezas y se llegó a una final igualada de torres y peones que suelen acabar en tablas. Pero, en los sempiternos apuros de tiempo, Vallejo perdió un peón sin compensación y Ponomariov, con técnica perfecta, ganó una partida que debería haber acabado en tablas. Ha sido un final de torneo que no merecía el menorquín que ha hecho el mejor juego de su carrera ajedrecística y que podía haber acabado quinto y subir muchos puestos en la clasificación mundial.