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Robredo vence a Stepanek y España empata con la República Checa en la Copa Davis (1-1)

Igualdad máxima en la eliminatoria de Copa Davis entre España y la República Checa. Tras la derrota de Rafael Nadal ante Jiri Novak, por 7-6 (7-2), 6-3 y 7-6 (7-3), Tommy Robredo ha podido enmendar la plana al imponerse a Radek Stepanek, por 7-5, 3-6, 7-6 (7-4) y 7-6 (9-7). El mallorquín y el catalán saltarán este sábado a la pista del Brno Exhibition Center para medirse a Novak y Stepanek en el dobles.

Igualdad máxima en la eliminatoria de Copa Davis entre España y la República Checa. Tras la derrota de Rafael Nadal ante Jiri Novak, por 7-6 (7-2), 6-3 y 7-6 (7-3), Tommy Robredo ha podido enmendar la plana al imponerse a Radek Stepanek, por 7-5, 3-6, 7-6 (7-4) y 7-6 (9-7). El mallorquín y el catalán saltarán este sábado a la pista del Brno Exhibition Center para medirse a Novak y Stepanek en el dobles.

L D (EFE) Robredo, acompañado de una gran motivación y esforzado por acoplarse a una superficie que no le gusta, se imponía a Stepanek para dar esperanzas a España en el torneo de la Ensaladera de Plata.

La jornada pintaba mal para los intereses españoles tras la derrota de Nadal ante Novak. Pero el jugador de Hostalric (Barcelona) ha ofrecido una demostración de tesón y competitividad para imponerse a la segunda raqueta checa. Todo ello aderezado con un final dramático, en pleno desempate de la cuarta manga y Robredo condenado al quinto. Sin embargo, el catalán equilibró la desventaja (1-4) y después salvó tres pelotas de set. En su primera ocasión para sellar el encuentro, al resto, lo cerró.

Y es que a las adversidades encontradas en el Brno Exhibition Center el jugador español tuvo otra añadida, el poderoso servicio de su rival. Stepanek, tenísticamente alejado del barcelonés, rentabilizó perfectamente su mejor arma para resistir en el partido. El tenista de Karvina, ubicado en el puesto 46 del mundo, sobrevivió más de lo esperado gracias a su saque, y también a su volea. Ambas virtudes le dieron muchos puntos. Robredo tuvo que esperar al undécimo juego del partido para lograr el primer break. La consecución de la manga para el español, que resguardó su saque, vino a continuación (7-5). Aunque en realidad el partido no había hecho más que empezar.

Lejos de darse por vencido, Stepanek se apoyó en el calor del público y en su motivación para emerger mientras el de Hostalric flojeaba en su saque. El checo no desperdició el momento para sacar provecho y ganó al resto en el quinto juego del segundo set. El empate estaba servido (3-6). No vinieron más roturas de saque y los últimos parciales se resolvieron en el desempate. Robredo, perfecto en la concentración durante todo el duelo, resolvió sin apuros el tie-break del tercero (7-4). Y en el cuarto nunca se desmoronó. Stepanek se situó con 4-1 y el español pudo igualar. El checo dispuso después de tres pelotas para adjudicarse la manga. Pero Robredo, todo casta y corazón, aguantó y no perdonó. En la primera ocasión que dispuso de una bola para cerrar el partido (9-7) se lo adjudicó.

La casta de Nadal no fue suficiente

La victoria de Robrero fue precedida por la derrota Nadal. El joven de 17 años se topó con un gigante como Novak, que no ha desperdiciados las condiciones de una pista instalada a la medida de sus condiciones y que ha tirado de experiencia para doblegar al mallorquín. El sobrino del futbolista Miguel Ángel Nadal, que además es el tenista más joven que nunca hasta ahora había formado parte del equipo español en la Davis, ha enseñado el carácter combativo que apuntala su progresivo juego, pero ha sido incapaz de inquietar, salvo en mínimas ocasiones, la consistencia de la duodécima mejor raqueta del mundo.

Así, la eliminatoria contra la República Checa comenzó torcida para España, apresurada a sobreponerse a las ausencias y sostenida especialmente por el empuje de una prometedora generación. Pero Novak supo poner las cosas en su sitio para demostrar que la Copa Davis está al margen de todo lo demás, que tiene magia. El tenista de Zlin manejó el partido a su antojo. Y una vez solventada la primera manga, dirigió el duelo por donde más le convenía, consciente de la falta de antecedentes de su rival. El primer set marcó el encuentro. También el empuje y lo mejor de Nadal, incapaz de venirse abajo incluso en los peores momentos. El español soportó las amenazas de su rival, mucho más sólido con el servicio. Pero solventó cada pelota de break que gozó el checo que, sin embargo, conservaba el saque con una relativa facilidad. Novak ganó por fin al resto con empate a cuatro. Y sirvió después para lograr el set.

Entonces irrumpió el Nadal auténtico, el mismo que se ha instalado en la elite a los diecisiete años, y truncó la oportunidad de su rival logrando el break. La manga quedó igualada y abocada al desempate. Entonces quedaron patentes las distancias. Tres saques directos desbordaron al mallorquín, que cedió el parcial definitivamente después de más de una hora de lucha. El camino se allanó después para Novak, que tomó impulso para anotarse el set que disipó sus dudas. Atrás quedaron las sombras de Auckland, cuando Nadal arrolló al checo (6-1 y 6-3) en el único precedente. El centroeuropeo conservó su saque siempre a pesar de que perdió potencial y el mallorquín mejoró en el resto. Rafita -que él me permita llamarle así- desperdició dos ocasiones en el quinto juego para poner tierra de por medio. Cosa que no hizo el número uno de la República Checa, que logró la rotura en el noveno y a continuación selló el set (6-3).

Novak resguardó sus fuerzas en el tercero. Se centró en proteger el saque y esperar la oportunidad. Nadal no se dio por vencido pero no pudo doblegar a su rival. El parcial quedó abocado a un nuevo desempate. El español pareció alterar el desarrollo y en el tie-break se colocó 3-1, pero Novak no tenía intención de correr riesgos. Ni tampoco de alargar el partido. Logró seis puntos consecutivos para sellar el duelo y empezar a encarrilar la eliminatoria para el equipo checo.

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