Garbiñe Muguruza regresa a semifinales de Wimbledon dos años después

Garbiñe Muguruza, última baza española en este Wimbledon, se ha colocado por segunda vez en su carrera en semifinales del Grand Slam de la hierba al derrotar a la rusa Svetlana Kuznetsova, por 6-3 y 6-4.

La jugadora nacida en Venezuela se impuso a Kuznetsova, ganadora del Abierto de Estados Unidos en 2004 y de Roland Garros en 2009, por cuarta vez consecutiva en 75 minutos, y se medirá por un puesto en la final con la que venza del choque entre la estadounidense Coco Vandeweghe, su verdugo en los cuartos de final del Abierto de Australia, y la eslovaca Magdalena Rybarikova, revelación en este Wimbledon.

En la misma pista 1 en el que este lunes Rafael Nadal abandonó el torneo tras ceder en un épico quinto set (15-13) ante el luxemburgués Gilles Müller, Muguruza impuso su tenis, del mismo calibre con el que había derrotado en octavos a la alemana Angelique Kerber, número uno del mundo todavía hasta este lunes.

La española, finalista en Wimbledon hace dos temporadas, conocía de sobra a Kuznetsova, de 32 años, con quien se había enfrentado en cuatro ocasiones, ganando las tres últimas: en Roland Garros y el Masters de Singapur el año pasado, y en Brisbane, esta temporada. Sveta se había impuesto en el primer duelo entre ambas en Madrid en 2015.

Kuznetsova, entrenada por el español Carlos Martínez, intentó en vano variar las alturas, acercarse a la red y sacar del fondo de la pista a la campeona de Roland Garros del año pasado. Garbiñe, con una gran movilidad, muy rápida en los desplazamientos por la línea de fondo, desbarató sus planes.

La española rompió dos veces el servicio de su rival, uno en cada set (3-1 y 3-2) y conservó el suyo durante todo el partido anulando las tres ocasiones que Sveta dispuso.

Como en el partido contra Kerber, acudió a la red cada vez que tuvo oportunidad ganando diez puntos de 15 llegadas. Y lo más importante, resolvió el partido con solidez, sumando el segundo ace de su cuenta, y luego resolviendo con un saque profundo que la rusa mandó lejos.