David Ferrer vino a Madrid a disfrutar y a que disfrutaran con él y pese a que suene demasiado a moraleja deportiva para conformarse, lo importante, créanme, no era el resultado. El tenista de Jávea es ya una leyenda del tenis español y la Caja Mágica del Mutua Madrid Open tuvo el privilegio de ver por última vez al mejor escudero del titán absoluto, Rafa Nadal. La generación del manacorí estará siempre acompañada de hombres como David Ferrer, que sin ganar ningún Grand Slam ha sido y será historia viva del tenis español y mundial.
Ya lo dijo el propio David en un reportaje sobre su vida: "El respeto es como una inversión. Quizá no te sirva para ganar un día, pero es algo a largo plazo. El próximo partido, el rival que tienes delante sabrá cómo eres y te respetará". Así es David Ferrer, el mejor ejemplo de lo que es ganarse el respeto de todos tus oponentes en las buenas y en las malas. Así es una leyenda del tenis español que dijo adiós al tenis un 8 de mayo del año 2019.
Lo de menos fue el partido, pero por decir algo del mismo, el primer set fue el reflejo de lo que ha sido siempre David Ferrer, lucha, garra y agresividad sin límites, mientras que el segundo ejemplificó por qué el tenista valenciano cuelga la raqueta. Alexander Zverev fue el verdugo de Ferrer porque el alemán es el futuro y David, por desgracia para los amantes del tenis, el pasado. El teutón, vigente campeón del torneo, no se dejó sorprender por la ilusión de Ferrer y una vez controló el 4-1 inicial acabó derrotando con facilidad al español por 4-6 y 1-6. Era futuro contra pasado y la vida, dentro y fuera del tenis, siempre deja paso en algún momento a lo nuevo.
David Ferrer ganó mucho en el Mutua Madrid Open 2019. El cariño y el respeto de la gente ya los tenía, pero en la Caja Mágica el tenista español terminó de redondear su carrera viendo al público corear su nombre ante la atenta mirada de leyendas como Manolo Santana. Ferrer dijo en pista que "Santana empezó todo" y nosotros, los aficionados al tenis, le decimos a David que con él el legado de Manolo siempre estuvo a buen recaudo. "Yo vi jugar a David Ferrer", dirán las futuras estrellas de nuestro deporte. Adiós al tenis, pero hola al paraíso de las leyendas. David Ferrer, gracias.