Dominic Thiem, el tenista que debía sentarse en el trono del polvo de arcilla una vez Nadal se retirase, lleva ocho meses peleando contra una dura lesión de muñeca que parecía haber cedido, pero la inactividad ha aprovechado para provocarle dolores en otras zonas.
La última vez que vimos al jugador en un torneo oficial fue en el ATP 250 de Mallorca, en junio de 2021. Ocho meses después, el austriaco anuncia que su vuelta tendrá que esperar mínimo hasta marzo. Si no hay más sorpresas, Indian Wells sería el torneo para su vuelta, el Masters 1.000 que comienza el 10 de marzo.
"Iba bien con los entrenamientos en Viena, pero desde que sufrí este revés en Santiago, me vi obligado a hacer reposo, lamentablemente. Nunca es fácil volver después de haber estado alejado de la competencia por siete meses. Ahora seguiré las recomendaciones de mi doctor y, tras descansar un par de días, retomaré los entrenamientos la semana próxima. Necesito acumular mucho tiempo en cancha antes de volver a jugar", compartió el ex número tres del mundo.
El jugador de 28 años, ganador del US Open de 2020, lleva desde el pasado junio sin participar en ninguna competición. Un jugador llamado a estar entre los grandes y que ahora mismo pierde posiciones en el ranking a toda velocidad. De candidato a número uno a salir de los cinco mejores. Después quedarse fuera del Top 10 para terminar figurando en el puesto número 37.
Thiem era el elegido para ser el heredero de Rafa Nadal en la tierra batida. El manacorí le arrebató dos años seguidos el título en Roland Garros (2018 y 2019). Era el que tenía mayor capacidad de adaptación al polvo de arcilla de la nueva hornada. Sin embargo, los grandes éxitos se le resisten y ahora tendrá que resurgir de sus cenizas en un 2022 que podría ser uno de sus últimos trenes. Veremos si puede volver a su mejor nivel.