L D (EFE) Rubricaron el acuerdo además, por parte de Telefónica, el director general de Fusiones y Adquisiciones, Angel Vilá, y por parte checa, el presidente y vicepresidente del Fondo Nacional del Patrimonio (FNM), Jan Juchelka y Pavel Kuta, respectivamente.
En su alocución ante los presentes, Alierta se refirió a "la transparencia con que se ha abordado esta operación" que, según él, resulta "una clara garantía que facilita, en el futuro, la captación de inversiones".
El consejo de ministros checo acordó el pasado miércoles adjudicar al grupo español Telefónica la venta del operador de telefonía fija y móvil líder del país eslavo. Alierta también justificó la compra a tenor de que "la economía de la República Checa muestra una evolución muy satisfactoria hacia la convergencia en la Unión Europea".
Esta transacción, valorada en 2.745,86 millones de euros, deberá todavía obtener el visto bueno de la Comisión Antimonopolio checa y de la Comisión de Bruselas. Una vez lograda esa autorización, que se espera en un plazo de dos meses, Telefónica deberá lanzar una Oferta Pública Amistosa (OPA) para la compra de las acciones que conforman el resto del capital, un 48,9 por ciento en total.
Telefónica, según recordó su máximo directivo, es hoy la tercera compañía mundial en el sector de las telecomunicaciones, con un valor en Bolsa cercano a los 70.000 millones de euros, más de 174.000 profesionales en plantilla y más de 123 millones, que se eleva a 130 millones con la adquisición de Cesky Telecom. Alierta, que dirige los destinos de Telefónica desde 2000, abogó desde su entrada en el gigante español por volver a centrarse en el negocio de telefonía, después de la fiebre inversora y orientación multimedia propugnada por su predecesor, Juan Villalonga, y recortando las actividades deficitarias, como las licencias de tercera generación UMTS en Alemania o el portal estadounidense Lycos.
El zaragozano también es partidario de mantener equipos de gestión locales, según fuentes de la entidad, creando una empresa más bien de carácter "multilocal", en contraposición a un concepto multinacional uniforme. La operación de Telecom, la segunda venta de activos públicos más importante en la historia de las privatizaciones checas, "marca un hito en nuestra compañía", según Alierta, y abre una nueva era en las relaciones de España con esta joven república centroeuropea.
Telefónica, según recordó su máximo directivo, es hoy la tercera compañía mundial en el sector de las telecomunicaciones, con un valor en Bolsa cercano a los 70.000 millones de euros, más de 174.000 profesionales en plantilla y más de 123 millones, que se eleva a 130 millones con la adquisición de Cesky Telecom. Alierta, que dirige los destinos de Telefónica desde 2000, abogó desde su entrada en el gigante español por volver a centrarse en el negocio de telefonía, después de la fiebre inversora y orientación multimedia propugnada por su predecesor, Juan Villalonga, y recortando las actividades deficitarias, como las licencias de tercera generación UMTS en Alemania o el portal estadounidense Lycos.
El zaragozano también es partidario de mantener equipos de gestión locales, según fuentes de la entidad, creando una empresa más bien de carácter "multilocal", en contraposición a un concepto multinacional uniforme. La operación de Telecom, la segunda venta de activos públicos más importante en la historia de las privatizaciones checas, "marca un hito en nuestra compañía", según Alierta, y abre una nueva era en las relaciones de España con esta joven república centroeuropea.