
LD (EFE) La advertencia, con tintes de ultimátum, la dio el presidente y consejero delegado de la aerolínea italiana, Giancarlo Cimoli, en la asamblea de accionistas, después de que los sindicatos rechazaran el plan de saneamiento presentado por la dirección.
Ese plan prevé la supresión de 5.000 puestos de trabajo de los 20.700 actuales de Alitalia, que, paralelamente, se dividiría en dos para separar las actividades relacionadas directamente con los vuelos de las de servicios y mantenimiento.
Cimoli, que a finales de agosto encendió todas las alarmas al señalar que sólo quedaba liquidez para un mes, dijo este miércoles que la fecha del 15 de septiembre próximo es la "última" para buscar una salida a la compañía, atenazada por fuertes pérdidas. A la advertencia de Giancarlo Cimoli se sumó el ministro italiano de Transportes, Pietro Lunardi, al afirmar que "es necesario lograr un acuerdo a toda costa porque se trata de la última oportunidad y no existen otras alternativas".
El Estado italiano, que posee el 62 por ciento del capital de la aerolínea, no pude volver a ayudarla de forma directa, como hizo en el pasado, porque se lo impide la normativa comunitaria, aunque ha hecho de intermediario para lograr un crédito-puente de 400 millones de euros. Este crédito, que cuenta con la aprobación de la Unión Europea (UE), está supeditado a que Alitalia apruebe previamente un plan industrial y serviría para tapar los "agujeros" más acuciantes antes de acometer en 2005 una ampliación de capital.
Los sindicatos mantienen su rechazo a la propuesta de reestructuración planteada por la dirección de la aerolínea, aunque están dispuestos a seguir negociando. Los representantes sindicales de los trabajadores consideran que el proyecto de viabilidad de la dirección presenta muchas dudas y piden al gobierno italiano que se implique directamente en las negociaciones.
Ese plan prevé la supresión de 5.000 puestos de trabajo de los 20.700 actuales de Alitalia, que, paralelamente, se dividiría en dos para separar las actividades relacionadas directamente con los vuelos de las de servicios y mantenimiento.
Cimoli, que a finales de agosto encendió todas las alarmas al señalar que sólo quedaba liquidez para un mes, dijo este miércoles que la fecha del 15 de septiembre próximo es la "última" para buscar una salida a la compañía, atenazada por fuertes pérdidas. A la advertencia de Giancarlo Cimoli se sumó el ministro italiano de Transportes, Pietro Lunardi, al afirmar que "es necesario lograr un acuerdo a toda costa porque se trata de la última oportunidad y no existen otras alternativas".
El Estado italiano, que posee el 62 por ciento del capital de la aerolínea, no pude volver a ayudarla de forma directa, como hizo en el pasado, porque se lo impide la normativa comunitaria, aunque ha hecho de intermediario para lograr un crédito-puente de 400 millones de euros. Este crédito, que cuenta con la aprobación de la Unión Europea (UE), está supeditado a que Alitalia apruebe previamente un plan industrial y serviría para tapar los "agujeros" más acuciantes antes de acometer en 2005 una ampliación de capital.
Los sindicatos mantienen su rechazo a la propuesta de reestructuración planteada por la dirección de la aerolínea, aunque están dispuestos a seguir negociando. Los representantes sindicales de los trabajadores consideran que el proyecto de viabilidad de la dirección presenta muchas dudas y piden al gobierno italiano que se implique directamente en las negociaciones.
