Este tío es un idiota no hay mas que verle la cara. Personajes como este que gracias a la politica llegan a desempeñar estos cargos con unos estudios de la Enciclopedia Alvarez que se puede esperar de ellos el tratamiento de Excmos. no hacen al monje.
¿Cuando llegará el día que desaparezcan las Camaras y se hagan por "referendum" las Leyes?
Estamos ya hartos de soportar a tanto analfabeto en la politica.

Subir los impuestos es justo, equitativo y saludable.

16.08.10 | 20:47. Archivado en Sobre el autor

(o “Hasta que el fisco nos haga cisco...”).

El titular de la noticia que me propongo comentar en esta chirigota lo tomo de “20minutos.es” que va y dice: “Blanco ve los impuestos de los españoles ´bajos´ y plantea una nueva subida”. Sí, del día 15 de los corrientes mes y año es el diario digital. Y el texto como tal: “El ministro de Fomento, José Blanco, ha asegurado que los impuestos españoles son ´muy bajos´ y abrió la puerta a ´homologarlos´ a la media de la UE para lograr servicios de infraestructuras de ´primera´, sin concretar si esta subida debería afectar también a las rentas medias o solamente a las más altas.
En primer lugar, a mi señoría, de entrada, que se le llame al señor ministro de Fomento eso de Blanco a secas me parece una falta de respeto, porque si una persona no es señor o señora cuando llega a ministro o ministra, ¿cuándo coño lo va a ser? Podría decir don José, por lo menos, pero con don, claro. O señor Blanco. Y eso sin meternos en los tratamientos que se usaban antes, que los ministros, según el Miranda Podadera, que tal vez hayan estudiado vuesarcedes , tienen el tratamiento de Excelentísimos, que ahí es nada la pomada. Y es que antes éramos así de cursis y de sumisos, pero de todas formas, llamar a tan altos y severos señores (and ladys) por el nombre a secas, sin don siquiera... Por lo menos, con don, que preserva de eventuales faltas de respeto, porque si se empieza sin don y sin señor y parece que somos todos iguales, y de eso, nada, porque un ministro, sobre todo hoy día, es un ministro; y una ministra ya ni les cuento a vuesarcedes, porque además es dama y (valga el retruécano) da más prestigio al Gobierno. Y si no, ahí tiene a la señora o, por mejor decir, a la Excelentísima Sra. Aído, de la que se rumorea que podría hacerse cargo de un superministerio que englobara o englobase al de Sanidad, al de Igualdad y al de Trabajo y Servicios Sociales, dale que dale, como la señora o señorita, también Excelentísima todavía, porque aún detenta, y mi señoría sabe lo que dice y lo dice porque así lo piensa, el mando de la cartera de Sanidad. O sea, doña Trinidad, ministra a la sazón de Sanidad.
Y tras estas disquisiciones de índole protocolaria, hinquémosle o hendámosle el diente al meollo de la cuestión, que es la subida, el acrecentamiento, alza, ascenso, aumento, elevación, encarecimiento, ascensión, incremento o, en fin, escalada de los impuestos. Cree el Excelentísimo Sr. Blanco, don José, que, como queda dicho, ha la cartera ministerial de Fomento; cree su Excelencia, que los impuestos, en este país, que Dios guarde si aún no es tarde, son ´muy bajos´ y que izarlos hay hacia una homologación equivalente a la media de los tipos impositivos de la UE… (¡Toma allá…! Frase digna de un político de talla, como eslo, o sea, como lo es o lo podía ser mi señoría. ¿A que ´yes´?)
Tengo que decir que uno no puede por menos darle la razón al señor ministro, porque hay que ser generosos con nuestros políticos, y ello diciéndoselo estoy a vuesarcedes, porque la mayoría de esos políticos, tanto los de un bando como los de la otra banda, hay que ver lo bien que están gestionando, en lo que le corresponde a cada quién, la problemática de la crisis superfragilísticaespialidosa y los fondos de que disponen, para bien de la ciudadanía, que somos todas y todos (y que me perdone la RAE por esta coz lingüística, pero hay que estar al día de la cretinez imperante, que si no, se pierden votos).
Mas, ¿a qué contribuyentes imbéciles, ´in sensu´ etimológico, afectará la subida, el acrecentamiento, alza, ascenso, aumento, elevación, encarecimiento, ascensión, incremento o, en fin, escalada de los impuestos? ¿Afectar debe a las rentas medias o solamente a las más altas? ¿Do comienza la altitud, dicho nos sea en miles o millardos de euros? ¿Y por qué se nos va a excluir al segmento de la ciudadanía que integramos el colectivo de pobres y paupérrimos del Reino? Que nuestros mandantes, que no mangantes, que tienen la responsabilidad de regir nuestros destinos, no nos priven, por favor, ni a los paupérrimos, ni a los pobres, ambos inclusive, ni a los mileuristas, ni a las clases medias; no nos priven, dice mi señoría y dice bien, de contribuir con nuestros óbolos, que todos queremos participar en el engrandecimiento del reino y en ostentar el grandioso título de contribuyentes imbéciles. Y lo que digo, dígolo, o sea, que lo digo también en nombre de vuesarcedes. ¿A que todas y todos (¡Otra coz!), es decir, vuesarcedes en general están de acuerdo con este que lo es, mi señoría? ¿O no?

Nota bene (Póngase atención):

Amable leedor: Para una mejor inteligencia de lo dicho ´ut supra´, sería bueno que ´ex-ante´ o ´ex-post´, da igual, vuesarced estudiara o estudiase a fondo, pero lo que se dice a fondo, estos trabajos cuyos soy autor: “Con políticos tacaños se nos haría mucho daño”, “Los pobres, ¡qué mal lo pasan!” y ¿Padece mi señoría acarajotamiento severo? . Y si alguno de vuesarcedes no se quedaran o quedasen ahítos de la prosa de mi señoría, pueden pedirme más chirigotografía, que de buen grado, mandarésela. Y ya saben: “Para ganar elecciones hay que dar muchas subvenciones”. Ah, y muy interesante: “Erradicar el paro es fácil y no es caro” (Ruphus dixit).

16-08-2010.

Mejor aún, Sr. Ministro: ¿por qué no se quedan con todo y nos dan ya, definitivamente, la cartilla de racionamiento?. Porque no hay duda de que, con Ustedes, es a eso hacia lo que vamos irremediablemente.

¿Es eso lo único que se le ocurre, Sr. Ministro?. Antes de ahogarnos más de lo que estamos, ¿no sería mejor probar a reducir el enorme despilfarro del gasto público?. ¿Qué tal si se eliminan las suculentas subvenciones a titiriteros afines y sindicatos inútiles?. ¿Y las que se dan a ridículas organizaciones internacionales?. ¿Por qué no se acaba con los diecisiete cánceres insaciables e insoportables para la economía de cualquier país?.

Puestos a subir impuestos, ¿por qué no comienzan Ustedes, los políticos, por declarar –y pagar- por la totalidad de los suculentos ingresos que perciben en lugar de hacerlo por una ridícula parte de los mismos?. ¿Y qué decimos de las jugosas pensiones que se reservan sus Señorías una vez alcanzada la edad del merecido descanso tras años de “arduo esfuerzo y desvelos” por buscar nuestro bien?.

No haga caso, Sr. Ministro, de lo que dijo en su día aquella infausta colega suya (cuyo nombre recuerdo perfectamente aunque me niegue a citarlo aquí) sobre aquello de que el “dinero público no tiene dueño, no es de nadie”. No, Sr. Ministro, el dinero público si tiene dueño: nosotros. Nosotros, los que aún disfrutamos (y toco madera) de un puesto de trabajo que, con nuestros impuestos, mantenemos toda esa carga insoportable que suponen Usted y toda la casta política.

Hemos vuelto (y no sólo en este sino en muchos más aspectos) a la Edad Media en la que la plebe debía, aunque las cosechas fueran malas, pagar –sí o sí- los diezmos y primicias a los señores feudales para mantener sus lujos y prebendas. Ustedes, los políticos, son los nuevos señores feudales.

Inquisición ya tenemos. Contra todo lo que huela a España (especialmente, su pasado reciente) y lo español. ¿Ve, Sr. Ministro, como hemos vuelto a la Edad Media?.

¿Qué será lo próximo?. ¿El derecho de pernada, tal vez?.

Mejor aún, Sr. Ministro: ¿por qué no se quedan con todo y nos dan ya, definitivamente, la cartilla de racionamiento?. Porque no hay duda de que, con Ustedes, es a eso hacia lo que vamos irremediablemente.

¿Es eso lo único que se le ocurre, Sr. Ministro?. Antes de ahogarnos más de lo que estamos, ¿no sería mejor probar a reducir el enorme despilfarro del gasto público?. ¿Qué tal si se eliminan las suculentas subvenciones a titiriteros afines y sindicatos inútiles?. ¿Y las que se dan a ridículas organizaciones internacionales?. ¿Por qué no se acaba con los diecisiete cánceres insaciables e insoportables para la economía de cualquier país?.

Puestos a subir impuestos, ¿por qué no comienzan Ustedes, los políticos, por declarar –y pagar- por la totalidad de los suculentos ingresos que perciben en lugar de hacerlo por una ridícula parte de los mismos?. ¿Y qué decimos de las jugosas pensiones que se reservan sus Señorías una vez alcanzada la edad del merecido descanso tras años de “arduo esfuerzo y desvelos” por buscar nuestro bien?.

No haga caso, Sr. Ministro, de lo que dijo en su día aquella infausta colega suya (cuyo nombre recuerdo perfectamente aunque me niegue a citarlo aquí) sobre aquello de que el “dinero público no tiene dueño, no es de nadie”. No, Sr. Ministro, el dinero público si tiene dueño: nosotros. Nosotros, los que aún disfrutamos (y toco madera) de un puesto de trabajo que, con nuestros impuestos, mantenemos toda esa carga insoportable que suponen Usted y toda la casta política.

Hemos vuelto (y no sólo en este sino en muchos más aspectos) a la Edad Media en la que la plebe debía, aunque las cosechas fueran malas, pagar –sí o sí- los diezmos y primicias a los señores feudales para mantener sus lujos y prebendas. Ustedes, los políticos, son los nuevos señores feudales.

Inquisición ya tenemos. Contra todo lo que huela a España (especialmente, su pasado reciente) y lo español. ¿Ve, Sr. Ministro, como hemos vuelto a la Edad Media?.

¿Qué será lo próximo?. ¿El derecho de pernada, tal vez?.

Y siguen con su ataque a la pasiva clase media española. Quieren, los muñidores de este infecto Régimen, consolidar una sociedad con una minoritaria élite de necios y golfos y una mayoritaria masa de descerebrados y sumisos súbditos que sólo traabajen para pagarles los impuestos a cambio de casi nada.

¿También van a equiparar los sueldos a nivel europeo a los que nos quedan el sueldo?

Blanco no ha dicho "SI HAY QUE PEDIR NUEVOS ESFUERZOS LO HARÉ". Es una redacción confusa por vuestra parte, amigos redactores. En el texto de la noticia, explicáis que eso lo dijo Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación, que, al parecer, no vio nadie.

Si Blanco, el Dr. Jeckill de la política española, ¡perdón!, quería decir, de la política de "Estepaís", hubiera dicho eso, tal frase, por sí sola, constituiría un intento de Blanco por quitarle el sillón a Zapatero. Ganas no le faltan, pero el Ministro de fomento no es nadie para pedir "esfuerzos" a nadie. Por cierto, menudo eufemismo atroz. Es como cuando un mafioso y sus gorilas te ofrecen protección a cambio de un módico precio. Y, si no pagas, empiezas a tener "acidentes".

Si Pepiño, en su pepiñez, cree que los impuestos son muy bajos, más le valdría buscarse un empleo de verdad y comprobar por sí mismo si son o no tan bajos como dice. Lo que pasa, en realidad, es que ingresan poco dinero, y, en la retorcidísima mente de estos gobernantes que más de once millones de estepaisanos eligieron, recaudar poco es consecuencia de que la tasa es exigua. No son capaces de entender que estamos en medio de la peor depresión económica de la Historia de España, lo que quiere decir que la actividad económica está hecha unos zorros y que por mucho que suban los impuestos no van a recaudar más, porque nadie tiene dinero que poder incautarle, porque pocos comercian (legalmente), porque no hay beneficios, porque hay incertidumbre y porque los *impuestos desincentivan la actividad empresarial*. Si los empresarios fueran insectos, los impuestos serían un repelente de insectos.


País.

Salud

...y los sueldos ? este tipo cada vez da más asco.

A ver Pepino: los franceses pagan impuestos mas altos por que tienen un montón de portaaviones, un ejército que no le tose el Mohamed, la bomba atómica, una estación espacial en la Guayana francesa, unos "paracas" con capacidad para intervenir en cualquier parte del mundo, un ejército temido y una capacidad de influencia en Europa. Ah! y la edad de jubilación muy por debajo de la que quereis imponer aquí. Primero nos das todo esto y para ello nos subes los impuestos. Para pagar los pisos de Bono, el 3% (¿o 33%?) de Cataluna, la Urbanización en que vives en la ría de Arora y los subsidios a los votantes comprados de Extremadura y Andalucía, que le suban los impuestos a tu señora madre, con todo los respetos, pero que pague ella.

Yo, además de mantener a hogar con mis tres hijos, ya sufrago el sueldo de algún político/sindicalista.¿ De dónde sacaré para mantener a otro golfo parásito político más, Pepiño?