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La crisis se lleva por delante a las muñecas rusas y Moscú prepara su rescate

Las tradicionales matrioskas -muñecas rusas cuya originalidad consiste en que se encuentran huecas para albergar otras más pequeñas- son una de las numerosas víctimas de la crisis internacional. Las ventas caen un 90% y los fabricantes esperan el rescate prometido por el Gobierno.

Las tradicionales matrioskas -muñecas rusas cuya originalidad consiste en que se encuentran huecas para albergar otras más pequeñas- son una de las numerosas víctimas de la crisis internacional. Las ventas caen un 90% y los fabricantes esperan el rescate prometido por el Gobierno.

Como el vodka o el caviar las muñecas matrioskas son un simbolo de Rusia pero pueden desaparecer como consecuencia de la tormenta financiera internacional que ha sumido a las economías mundiales en la recesión.

Creadas en 1890,
estas muñecas artesanales están huecas por dentro para albergar una nueva muñeca, y ésta a su vez otra, y así sucesivamente hasta un número variable que puede ir desde cinco hasta el que se desee, aunque es raro que pasen de veinte.

Hasta le llegada de la crisis, las matrioskas eran uno de los principales souvenirs solicitados por los turistas en Rusia. Como consecuencia de ello, el sector había aumentado la variedad de las mismas, pero ahora las tornas han cambiado.

Según publica el medio norteamericano ABC News, los fabricantes de estas muñecas están muy preocupados porque las ventas se han hundido un 90% desde que la economía rusa comenzó a sufrir los efectos de la crisis.

Los productores explican que la caída de las llegadas de turistas, junto con la menor demanda interna, han llenado los almacenes de matrioskas que no pueden vender. Por ello la única solución que consideran viable es que el Gobierno ruso acuda al rescate de esta industria tradicional del país.

Todo ello a pesar de que los fabricantes han acometido en los últimos años estrategias para renovar el producto. Un ejemplo de este cambio es la existencia de matrioskas caracterizadas como estrellas musicales, políticos y hasta delincuentes. Ejemplos de estos personajes son el primer ministro Vladimir Putin, el cantante Elvis Presley o el terrorista Osama Bin Laden.

En una reciente entrevista del presidente de EEUU, Barack Obama, en una televisión rusa, la cadena le regaló una muñeca al inquilino de la Casa Blanca con su propia imagen.

De momento, el Gobierno ruso ha prometido gastar 30 millones de dólares en adquirir matrioskas para que sirvan de regalos, pero la opinión pública se pregunta si es adecuado emplear el dinero de los contribuyentes en comprar muñecas, aunque sean un símbolo del país.

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