L D (Agencias) El Gobierno de Berna y los bancos helvéticos, principales accionistas de Swiss abogan por la aceptación de la oferta. La condición que pone, sin embargo, Lufthansa es que se supere el el ya duradero conflicto entre los pilotos de Swiss y la dirección de la empresa, que no pudo resolverse el viernes pese a una reunión de varias horas entre esa última y los sindicatos. El nuevo programa de vuelos de la compañía para la temporada de invierno, que incluye recortes de varios enlaces tanto europeos como intercontinentales, se corresponde con el propuesto para una eventual fusión con Lufthansa, afirma el dominical suizo.
Así, la capital federal, Berna, no será servida en adelante por Swiss, sino por Lufthansa. La compañía helvética renuncia además a su enlace con Pekín, un nuevo regalo a la alemana, mientras que Oslo será servido por la escandinava SAS, asociada a Lufthansa. Esta última puede hacerse cargo también de una serie de destinos africanos si los abandona finalmente Swiss pese a que eran antes rentables. La compañía alemana tomaría el control de una Swiss reducida de tamaño: con diecinueve aviones para vuelos intercontinentales, dieciocho para distancias medias y treinta para cortas. Lufthansa se comprometería supuestamente a respetar Swiss en esas condiciones y sólo podría suprimir algunos aviones para vuelos de larga distancia en caso de empeoramiento muy grave de la coyuntura.
Desde la quiebra de Swissair, Lufthansa no ha dejado de crecer en Suiza: el año pasado vendió en Suiza mercado billetes por valor de más de 130 millones de euros, con lo que controla ya el 11,5% del mercado. La Star-Alliance, de la que forma parte Lufthansa y que integran también Austrian Airlines, United Airlines y Singapore Airlines, tiene un 23% del mercado helvético.
Así, la capital federal, Berna, no será servida en adelante por Swiss, sino por Lufthansa. La compañía helvética renuncia además a su enlace con Pekín, un nuevo regalo a la alemana, mientras que Oslo será servido por la escandinava SAS, asociada a Lufthansa. Esta última puede hacerse cargo también de una serie de destinos africanos si los abandona finalmente Swiss pese a que eran antes rentables. La compañía alemana tomaría el control de una Swiss reducida de tamaño: con diecinueve aviones para vuelos intercontinentales, dieciocho para distancias medias y treinta para cortas. Lufthansa se comprometería supuestamente a respetar Swiss en esas condiciones y sólo podría suprimir algunos aviones para vuelos de larga distancia en caso de empeoramiento muy grave de la coyuntura.
Desde la quiebra de Swissair, Lufthansa no ha dejado de crecer en Suiza: el año pasado vendió en Suiza mercado billetes por valor de más de 130 millones de euros, con lo que controla ya el 11,5% del mercado. La Star-Alliance, de la que forma parte Lufthansa y que integran también Austrian Airlines, United Airlines y Singapore Airlines, tiene un 23% del mercado helvético.