La batalla por el futuro de las cajas de ahorros todavía no está acabada. A pesar de que las exigencias puestas encima de la mesa por el Gobierno parecían definitivas, sus principales apoyos parlamentarios –CiU y PNV- no están dispuestos a dar su brazo a torcer de forma sencilla. Ambos partidos controlan las entidades radicadas en sus respectivos territorios y no quieren perder el control sobre dos elementos que ofrecen tanto poder. Y junto a esta actitud, el PP sigue sin definirse del todo en cuanto a la reforma: en parte, la apoya, como paso necesario para sanear el sector y en parte la cuestiona por la nacionalización de las entidades que está prevista como última opción.
Los partidos nacionalistas, por otro lado, temen que la privatización suponga una desnacionalización: es decir, que las entidades, ahora mismo muy apegadas a un territorio queden encuadradas dentro de un grupo más grande y con el centro de poder alejado del actual. Por eso, han comenzado las declaraciones advirtiendo al Gobierno que no votarán por ninguna modificación que no tenga en cuenta sus exigencias: básicamente, que se permita a las cajas mantener su actual naturaleza y que se les impongan requisitos similares a los de cualquier otra entidad financiera. Hay que recordar que la última reforma del sector financiero exige a los bancos un ratio de core capital del 8% mientras que las entidades que no cotizan en bolsa –las cajas- necesitan al menos un 10%. Las cajas que no alcancen este ratio tendrán que acudir al mercado (privatización) o serán intervenidas por el Gobierno (nacionalización) como paso previo a su venta.
PNV: fusión o no hay apoyo
Precisamente, Josu Erkoreka ha iniciado la semanda advirtiendo al Gobierno en Radio Euskadi (recogido por Europa Press) de que el PNV no apoyará la reforma del sistema financiero que el Gobierno pretende aprobar si ésta no permite la fusión de las tres cajas vascas -BBK, la Vital y la Kutxa-, puesto que este proyecto "es una excelente idea" que "sintoniza con una reivindicación del PNV que data de hace mucho tiempo".
"Nosotros le hemos dicho al Gobierno que, de cara al Real Decreto Ley que quiere aprobar para la reestructuración del sistema financiero, en concreto del régimen de cajas, nuestro objetivo se centra fundamentalmente en que ese proyecto -de fusión de las tres cajas- sea posible, de manera que se pueda contar con una entidad financiera muy potente, con ficha bancaria para operar en el mercado con libertad y con la solvencia que ya tienen las cajas de ahorro", ha explicado.
Erkoreka ha indicado que, si esta fusión de las cajas vascas no es posible conforme a la normativa que pretende aprobar el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, "no tendremos mucho motivo para prestarle nuestro apoyo". "Creo que soy suficientemente claro a este respecto", ha agregado.
CiU: "Acoso"
Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, ha denunciado que existe un "acoso contra las cajas de ahorros, muy especialmente por parte del Banco de España", al que el líder de Unió ha acusado de "instigar" al Gobierno para "acabar" con estas entidades. Duran ha hecho estas declaraciones tras la reunión semanal de la comisión ejecutiva de Unió y ha asegurado que el Ejecutivo quiere "cambiar las reglas del juego respecto a las cajas de ahorros" con el decreto, que plantea nuevas exigencias de capital a las entidades españolas y que el Gobierno quiere aprobar el próximo viernes.
El portavoz de CiU en el Congreso ha recordado que el PSOE no tiene la mayoría parlamentaria suficiente para aprobarlo y ha avanzado que su grupo no apoyará esta medida porque plantea "más exigencias para las cajas que para los bancos", concretamente requiere que el capital de los activos de riesgo de los bancos sea del 8%, mientras que exige un 10% para las cajas. Además, según Duran, "se intenta imponer a las cajas unos nuevos deberes con la excusa de que los mercados exteriores remarcan la preocupación por las cajas", y ha argumentado que "si los mercados internacionales responden así es por la contaminación que el propio sistema financiero español hace respecto a las cajas con la intención de quedárselas".
El PP se opone a la nacionalización
Las peticiones del PNV y CiU se producen un día después de que Mariano Rajoy se hubiese opuesto a la "nacionalización de las entidades financieras". En un discurso en Santiago, con motivo de la convención regional del PP gallego, el líder de la oposición criticó los "vaivenes del Gobierno" en el sector financiero.
En su opinión, las prioridades deben ser "sanear los balances, ayudar a las entidades financieras que lo hayan hecho, que haya competencia, porque es buena y que no se haga una reforma de las cajas que sea un varapalo al crédito". Además, Rajoy se refirió a la nueva caja gallega (producto de la fusión de Casixanova y Caixa Galicia) y la definió como una "entidad solvente y seria", que puede estar en peligro por la reforma del Gobierno. La cuestión es que la nacionalización es sólo una solución de emergencia para las cajas que no encuentren capital en el mercado. Rajoy no dejó claro qué le parecería una privatización (sin necesidad de llegar a la nacionalización).
En la misma línea, el consejero madrileño de Presidencia, Francisco Granados, ha considerado "inmoral" que se plantee el pago de incentivos a directivos en Caja Madrid y ha advertido al Gobierno central que "no caiga en la tentación de nacionalizar la Caja con el objetivo de venderla a algún amigo".
"Quiero advertir al Gobierno central de que no caiga en la tentación de nacionalizar Caja Madrid con el objetivo de venderla a algún amigo", ha incidido. El consejero ha explicado al presidente José Luis Rodríguez Zapatero que los dueños de Caja Madrid son los madrileños y por lo tanto la Comunidad de Madrid se opondrá "a cualquier operación que suponga un menoscabo del interés general del derecho que tienen los madrileños sobre la Caja".
La CECA, de gira
El otro gran elemento de presión en contra de la reforma (las propias cajas, con su patronal, CECA, a la cabeza) ha informado este mismo lunes de que iniciará una gira el próximo uno de marzo. De esta manera, en Pekín dará comienzo una gira por los principales mercados de Asia, que la llevará en los días sucesivos a Singapur, Hong Kong y Tokio, y servirá para explicar las distintas opciones del sector para reforzar su capital. Según informaron a Efe fuentes financieras, el motivo de esta gira es dar a conocer el nuevo marco legislativo aprobado el verano pasado y las alternativas que ofrece a las cajas para captar capital, si lo requieren.
Al mismo tiempo, los cambios normativos dieron la opción a las cajas de convertirse en fundaciones, encargadas de las actividades benéfico-sociales, y traspasar su negocio financiero a un banco, lo que hace más fácil su salida a Bolsa. Encabezará la delegación de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, su director general adjunto y responsable del área operativo financiera, Jorge Gil.
El calendario previsto incluye un día para cada ciudad visitada, de forma que, el 1 de marzo, la CECA estará en Pekín; el 2, en Singapur; y el 3 y el 4, en Hong Kong y Tokio, respectivamente.
El problema para esta delegación es que la intención de muchas cajas es vender aproximadamente el 25% de su capital a los inversores extranjeros, para conseguir más solidez financiera, pero sin perder el control ni su actual estructura. Sin embargo, parece difícil que alguien esté dispuesto a poner la cantidad de dinero necesaria si no se le asegura, también, una mayoría en la participación. El futuro del sector estará marcado por esta disyuntiva, ¿serán las cajas capaces de atraer dinero fresco sin que sus gestores actuales –nombrados directamente por los políticos- se vean desplazados de los órganos de dirección?