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Taguas niega la mayor: rechaza cambiar el modelo económico y pide encarecer el despido

El presidente de la patronal de grandes constructoras y ex director de la Oficina Económica de Moncloa, David Taguas, contradice todos los análisis serios. Cambiar el modelo económico es un “mito”, y propone encarecer el despido y crear bancos malos para combatir la crisis.

El presidente de la patronal de grandes constructoras y ex director de la Oficina Económica de Moncloa, David Taguas, contradice todos los análisis serios. Cambiar el modelo económico es un “mito”, y propone encarecer el despido y crear bancos malos para combatir la crisis.

(Libertad Digital) De piedra se han debido quedar los economistas más serios de este país al escuchar las palabras de David Taguas, ex director de la Oficina Económica de Presidencia de Gobierno y que, en la actualidad, ocupa la presidencia de la patronal de grandes constructoras. Taguas rechazó este martes que España tenga que cambiar su actual modelo económico e instó a poner en marcha un plan anticrisis que, entre otras medidas, podría incluir un nuevo contrato de trabajo con un coste de despido creciente.

El ex director de la Oficina Económica de Presidencia de Gobierno sugirió además una 'hoja de ruta' para el sistema financiero que pasa por reducir su dimensión mediante concentraciones y, en su caso, liquidación de entidades, y por crear 'bancos malos'. Además, insistió en lanzar un plan extraordinario de inversión en infraestructuras.

Con todo, pretende evitar un retraso de un año en tomar la senda de la salida de la recesión e impedir máximos de tasa de paro superiores al 20%, según indicó en su intervención en Entorno Aragonex, encuentro informativo organizado por Aragón Exterior, informa Europa Press.

Cambiar el modelo es un “mito”

En su exposición, Taguas calificó de "mito" las reiteradas llamadas a cambiar un modelo económico que, en su opinión "no es malo". "O es que los españoles no quieren una vivienda, incluso en la playa, y contar con AVE y carreteras", se preguntó.

Respecto al sistema financiero español, aseguró que es "el mejor del mundo", pero auguró futuras necesidades de capitalización y apostó por diseñar un plan para afrontarlas. Todo ello, con el fin último de contar con un sector "más equilibrado, sano y sostenible" mediante la reducción de su dimensión a través de concentraciones e incluso liquidaciones. En concreto, su 'hoja de ruta' pasa por hacer un diagnóstico de la situación del sector y reconocer que su principal problema no es el negocio inmobiliario, sino su sobredimensión. "Su actual estructura, con 46.000 oficinas, no soportará las menores tasas de crecimiento futuro", indicó.

Posteriormente, propone clasificar las entidades en tres grupos en función de su grado de solvencia, ayudar a las del segundo grupo (entidades viables pero con problemas puntuales) mediante recapitalización  o fomentando integraciones, y vender o liquidar las no viables (tercer grupo). Además, apuesta por crear uno o más 'bancos malos'.

En paralelo, Taguas instó al Gobierno a poner en marcha un plan de estabilización económica de tres patas (inversión pública, política fiscal y reformas laborales), que parta y se articule a partir del diálogo social, y se oriente a crear empleo. "Si queremos salir de la crisis hay que trabajar, lo demás son disfraces, y para trabajar hay que aumentar la oferta de trabajo", argumentó.

Más gasto público y encarecer el despido

Entre las medidas del plan destaca la creación de un nuevo contrato de trabajo, "que no afecte a los actuales", con un coste de despido creciente (desde los ocho hasta los 24 días por año) para superar la brecha entre contratos fijos y temporales.

Asimismo, aboga por convenios de empresa que liguen la evolución salarial a la productividad, e insistió en rebajar el impuesto sobre el trabajo (IRPF) y elevar el IVA y los impuestos especiales. Además, sugirió un IVA social para garantizar ingresos a la Seguridad Social en caso de que se abaratasen las cotizaciones sociales. Respecto al debate sobre su reforma, considera que no es el "momento idóneo" para abordarlo.

La tercera pata del plan pasa por una inversión extraordinaria de inversión en infraestructuras equivalente al alrededor del 1% del PIB (unos 11.000 millones de euros) durante unos años, y que, cuando el mercado financiero se recupere, cuente con colaboración privada. 

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