Se trata de un espectáculo del coreógrafo franco-canadiense Dave Saint-Pierre titulado "Un peu de tendresse bordel de merde!"(Un poco de ternura, ¡maldita sea!), que se representa actualmente, tal y como informa EFE, en el teatro Sadler's Wells, templo de la danza moderna de la capital británica.
Con pelucas de largas melenas rubias, los bailarines saltan desnudos entre los espectadores, se sientan en el regazo de algunos, les muestran sus posaderas o fingen masturbarse, lo que provoca hilaridad o rechazo, según los casos, y se traduce en el abandono de la sala por una parte del público.
El crítico del Daily Telegraph ha calificado el espectáculo de "repelente, vulgar y estúpido" mientras que el del dominical The Observer escribió en Twitter la noche del estreno: "Coreografía risible, texto pretencioso, supuesto intento de romper barreras".
Este último contó también cómo uno de los bailarines trató de quitarle el bolígrafo y el bloc y, al no conseguirlo, le arrebató las gafas y escupió en los cristales antes de devolvérselas.
"Tal vez Saint-Pierre considera liberador ese tipo de conducta. O tal vez no. Acaso solo se crea que tiene patente de corso para hacer lo que le venga en gana", comentó el crítico, que calificó su experiencia en ese estreno como la "más desagradable" que ha tenido nunca.
Saint-Pierre, que utiliza con frecuencia a bailarines desnudos en sus creaciones, se ha mostrado sorprendido por las fuertes críticas porque, según explicó, "los coreógrafos llevan más de cuarenta años haciendo estas cosas".
El director artístico de Sadler's Wells, Alistair Spalding, se mostró por su parte contento de que la mayoría del público sintonizase la noche del estreno con el espíritu del espectáculo y sólo abandonara la sala una pequeña parte.