Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el mal gusto no entiende de edad, sexo, ni condición social. Y una vez más, la Pasarela Neptuno es muestra de ello, ya que esta semana los varones que se pasean por las revistas lucen con bastante menos garbo y atino que ellas, mucho más espléndidas.
Comenzaremos con el pipiolín del elenco: Justin Bieber. Si, esa suerte de tortura pre-adolescente que tiene catatónica a toda una generación y desquiciado al resto del vulgo. Esta semana vemos al ¿cantante? en la gala de los MTV, vestido para que hablen, aunque sea bien –que no es el caso-. El muchacho se ha calzado las cadenas de oro de su primo vallekano, las gafas de leer de Hans Topo y las deportivas de leopardo de cualquier almacén de saldos...y ha hecho desmayarse de emoción a cientos de jovencitas. Y, además, le dieron un premio. Es extraña la vida.
Continúa la estela de despropósitos un guapo universal: Brad Pitt. Los niños quitan mucho tiempo, hay que entenderle, y desde que decidió crear su propia delegación de la ONU, hay que reconocer que al actor se le ve desmejorado físicamente. Esta semana le vemos con la parte más asiática de su prole, y luciendo un pelo poco luminoso. ¿Dónde quedó aquella cabellera impoluta que lucía en Leyendas de Pasión? En nuestros recuerdos. Ahora la imagen del mito se asemeja más a la de un indignado que a la del objeto de deseo de toda una generación.
Y en nuestra patria, digamos que los tropiezos son más leves. Apenas le afeamos a José Coronado que gaste zapatos sin calcetines –costumbre poco higiénica y nada estética- y a Roberto Enríquez que se haya convertido en la versión joven de Carlo Jezú. Aunque la revista lo venda como "un look hippie" a nosotros no nos engaña: esa barbuzca, esos pelos...No, Roberto, da un giro a tu vida y sal de Ibiza.
Y por aquello de la discriminación positiva, vamos a reprender un poquito a dos féminas hispanas. ¡Y qué dos féminas! Una, es nada más y nada menos que la Reina doña Sofía, que la hemos pillado comprando saldos en las rebajas...¡Majestad! ¡Qué hay que reactivar la economía!
La otra mujer se aproxima en edad, pero se aleja en glamour. Es Susana Uribarri, la ¿esposa? de Darek, aquél inolvidable ex de la bióloga más célebre de España. Pues por muy buena figura que se le haya quedado a la muchacha...¡no hay manera de que gane en naturalidad! En las revistas de esta semana la podemos ver paseando por Londres con un vestido para olvidar, con unas alusiones a las míticas enaguas difícilmente obviables...