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Sinde se transforma en musa gótica y Carla Goyanes sepultada por los volantes

Los famosos se entretienen en la Pasarela Cibeles, y nosotros les presentamos la Pasarela Neptuno, auténtico hervidero de tendencias...que evitar.  

Esta semana cuasi otoñal no han faltado eventos ni saraos a los que la fauna celebrity se ha desplazado en masa para lucir modelazo. Lo cual, amén de un exceso de postureo y sonrisas profident, nos brinda la oportunidad de quedarnos ojipláticos con los atuendos más rocambolescos.

Y, ¿quién mejor que la señora ministra de Cultura para empezar este ránking del desatino? La ministra Ángeles González Sinde quiso dejar claro su total admiración por Elena Bonham Carter (la doña de Tim Burton) y escogió un vestido de estilo picassiano y gótico que bien merece ser reseñado...y olvidado en el acto. Unos picos imposibles emergen de su hombro, lo que no logra distraer la atención de un peinado elegido por un peluquero esquizofrénico o con mucha guasa. Ni siquiera como homenaje gótico este modelo pasaría del aprobado. Una auténtica Pesadilla antes de Navidad...

La siguiente víctima del ojo crítico de esta pasarela es Carla Goyanes. La joven apareció en otro evento vestida por esa pareja de diseñadores sevillanos, que aún se deben estar riendo de la faena que le hicieron. No se preocupen si les cuesta encontrar a la Goyanes en las fotografías: está debajo de esa tonelada de volantes, como la milhojas de nata más grande jamás vista. Una oda a la nata y al volante, cuánto menos, innecesaria.

Quien tampoco acierta escogiendo modelo es Pastora Vega. La actriz no abusa del estilo gótico ni del volante, si no de eso que alguien convino en llamar ‘estilo casual’. Camiseta impecable, bronceado envidiable, taconazos...¡Y pantalón perrofláutico! Maticemos que el clásico "pantalón cagado" no está mal para ir a la playa o a la panadería, pero ya. La próxima vez Pastora, casi mejor un vaquerito o una falda sencilla, desde el cariño.

Y fuera de nuestras fronteras, allende los mares, está Jennifer Aniston. O más bien su bello novio, que pasea abrazado a la actriz fetiche de las comedias románticas, con un complemento de lo más...desconcertante. El muchacho ha decidido colgarse de la parte trasera del pantalón, nada más y nada menos, que un mosquetón. Que lo que cuelgue de tan inusitado elemento sean las llaves de casa, sólo nos provoca una serie de dudas: ¿se los quitará para sentarse? ¿se sentará sobre ellas? ¿Le perforará tan noble parte? Un océano de incógnitas.

Y de postre, dejamos una pequeña malicia y una advertencia. En las fotografías podrán observar a una Penélope Cruz completamente avejentada, con una urgente necesidad de un rociado del ‘Just for men’: no se lo crean, es trampa. La actriz está preparando un papel en el que debe ganar 20 años de golpe, y claro, los estilistas no han tenido más remedio. Aún así, nos impactamos razonablemente con las imágenes.

La advertencia viene en forma de imagen: un modelo, monísimo, pasea por la Pasarela Cibeles, ataviado de indescriptible modo. Si siguen vistiendo así a quienes deben marcar tendencia, ¿cómo no va a seguir siendo necesaria una Pasarela Neptuno como la que nos ocupa? ¡Ellos son los verdaderos instigadores! 

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