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El matrimonio de Urdangarin y la Infanta, a punto de resquebrajarse

Según La Otra Crónica, la pareja está menos unida que nunca. Ella quiere volver, él no. El Rey dice que hay algo "a punto de solucionarse".

El matrimonio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se encuentra de nuevo en la picota. Pese a que la Justicia ha decidido, esta misma semana, no imputar a la infanta en el torrente de acusaciones de su marido, la pareja ya no está tan unida como antes.

Según fuentes de La Otra Crónica, el matrimonio entre Cristina e Iñaki se ha resentido de tanto escándalo y, pese a que el divorcio no es inminente, el perjuicio es evidente y ya nada es lo mismo bajo el techo de los Urdangarin.

Tal y como publica LOC, citando una de sus fuentes, "antes doña Cristina no paraba de hablar de su marido y ahora ni lo menta cuando charla con amigos". Es más, "ellos tienen muy en cuenta que si se divorciaran, surgirían todo tipo de especulaciones. Pero está claro: ella ya no está tan ciega de amor y lo está pasando fatal, sobre todo estando allí en Washington, sin sus amigos de siempre. Tiene un bajón considerable".

Como es habitual en estos casos, el máximo objeto de preocupación de Cristina son sus hijos. "Ya son mayores y se enteran de todo, y son los que al final van a sufrir más y eso no se lo puede perdonar a Iñaki".

Otro motivo de fractura es el deseo de la infanta de volver a Madrid. "Él, claro, ni se lo plantea porque sabe que su vida en España sería un infierno", aseguran los confidentes de LOC. Además, la infanta Cristina en realidad siempre quiso que sus hijos se criaran en España. Si se fue de nuestro país, continúa, fue por Iñaki. "Pero ya no puede más, dice que su vida allí es un coñazo".

Pero resulta evidente que más allá de eso la tensión en el matrimonio no ha hecho sino aumentar. Ella presenta un aspecto físico bastante desmejorado y lleva mal su distanciamiento con Don Felipe, de quien era inseparable hasta hace tres años. "Cristina fue el baluarte de don Felipe cuando comenzó a salir con doña Letizia. Y ahora está muy dolida porque han decidido distanciarse de ellos".

Algunos amigos de ella se disponen a pasar unos días en Washington para alegrar el verano de la infanta. Cristina hubiera deseado pasar el verano en Palma, como es su costumbre, pero ahora mismo parece obligatorio mantener distancias con la Familia Real. El amigo del Rey, confidente de LOC, asegura que el monarca ya "da por perdido" a su yerno, pero no a su hija. "Quiere que caiga todo el peso de la ley sobre él. Le culpa de todo el deterioro que ha sufrido la Corona".

Un amigo del propio Rey admite que le ha escuchado decir a don Juan Carlos que "ella comienza a entrar en razón", y que incluso hay un asunto al respecto de los duques que "está a punto de solucionarse". Según LOC, el monarca y el príncipe llevan pidiendo a doña Cristina que se divorcie de Iñaki desde que estalló el escándalo.

Otra fuente sugiere que la infanta podría sentirse casi por primera vez utilizada por su marido. "Nunca pensó que él la implicara hasta este punto", dice, en relación a la aparición del nombre de la infanta en la copropiedad de Aizoon, uno de los múltiples activos de Urdangarin para el blanqueo de 233.219 euros.

El larguísimo calvario judicial que espera a Urdangarin hace dudar de la viabilidad de la pareja. "Es difícil que lo aguanten. En la casa real no lo quieren ni ver. Y tampoco el entorno de ella. Doña Cristina siempre ha tenido buenas amigas". Según LOC, la separación que antes negaba la propia infanta parece ahora el mejor camino para regresar a España. "Su padre se lo había pedido muchas veces y siempre se había negado. Dudo que ahora esté tan reticente".

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