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Los secretos del cuerpo de Jennifer Aniston

Gimnasio, dietas y las últimas terapias estéticas, aunque cuesten miles de dólares. Ese es el secreto de Jennifer Aniston para parecer, como mínimo, diez años más joven sin pasar por el quirófano. La jet set femenina mundial imita su estilo.

Lo que el suplemento Crónica de El Mundo denomina Filosofía Master Card es el secreto de la estrella Jennifer Aniston para ser la más deseada y no envejecer –aparentemente–, a pesar de estar sin pareja. Tanto, que los tabloides británicos denominan síndrome Aniston a las mujeres bellísimas pero sin suerte en el amor.

De vecina de al lado a icono sexual. Tanto, que su estilo es imitado por las clases altas norteamericanas. Su pelo es el más deseado por todas las mujeres, y el denominado corte Rachel (por su personaje en Friends) cuesta 1.700 euros, los que le paga Aniston al estilista Chris McMillan.

Es Jennifer Aniston, abandonada por el guapo oficial Brad Pitt, pero que ha sabido rentabilizar muy bien el tiempo libre que le deja estar sin pareja estable a sus 40 años. No obstante, se la ha relacionado con su consorte en Exposados, el actor Gerard Butler.

Para conservar su figura y un cuerpo que parece que tienen diez años menos, Aniston se encierra en el gimnasio 80 minutos al día, y a ello añade ejercicio cardiovascular, centrado sobre todo en hombros y piernas. También realiza un combinado de yoga, artes marciales, paseos con su perros y paddle surfing (dícese del remo estilo góndola de pie y sobre un tablón) que acaba de moldear su figura.

Todo esto complementado con diversas dietas, dice el suplemento de El Mundo. Ahí está la Dieta Atkins, que consiste en disociar carbohidratos y proteínas y consumir platos elaborados con cereales y pasta integral. Y a esto hay que añadir la llamada Dieta de la Zona que respeta el ratio calórico 40:30:20.

Crónica dice que a pesar de todo ello, sí es posible que, aunque no haya pasado por el quirófano, sí haya recurrido al Macrolane (Bótox) para aumentar la talla del sujetador, o una rinoplastia para corregir esa desviación nasal con la que justifican las celebrities sus operaciones de estética. “Por muy aburrido que suene, todo lo que veis es todavía mío. Todo. Estoy muy feliz con lo que Dios me ha dado”, resume ella.

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