Por ejemplo, El Mundo, muy dramático, considera que "Mas lanza al pueblo de Cataluña contra la pared de la Constitución". Pero un "irreductible" Rajoy, como la aldea gala de Astérix, "no cambia dinero por independencia" y "dio al traste con las pretensiones" del catalán con una "respuesta impecable". Ese es mi hombre.
Pedro J. dice que Mas "ha encontrado en la apelación al instinto de tribu, clan o pueblo una forma descarada de tapar el fracaso de su gestión" y que en realidad lo que quiere es "convocar elecciones anticipadas a modo de plebiscito sobre la independencia". Según Pedro J. pueden pasar dos cosas. "O él se estampa contra la pared (de la Constitución), o consigue derribarla". O traspasarla, Pedro, tampoco sería la primera vez.
A Jiménez Losantos lo que le "pasma" es "el discurso entre perdonavidas y sacamantecas, del bwana Mas a las colonias españolas del Tercer Mundo". Se refiere Federico a aquello que nos soltó el tío de que los catalanes llevan 30 años intentando civilizarnos, haciendo "esfuerzos inmensos" para colocar a los trogloditas españoles a su nivel de cultura, de democracia, de bienestar, de su clase, en resumen. "Según el bwana Mas, creían que, llegada a España a su nivel, entendería las aspiraciones de Cataluña", pero nada, no ha habido manera, con estos mastuerzos no se puede y no se puede. Así que Federico, comprensivo, les aconseja que "olviden a unos palurdos incapaces de entender la democracia de la dictadura nacionalista. No pidan más dinero, convoquen elecciones y con la independencia como único programa. Ojalá ganen y se larguen de verdad".
Casimiro García-Abadillo se pone chistoso. Mas sabía que "Rajoy no le iba a dar ni agua. Bueno, agua sí. Es decir, lo que se puede dar en estos momentos". Ay qué gracia, pero qué resalao.
El País se limita a un titular informativo y soso, casi desganado. "Mas prepara el adelanto electoral tras el veto de Rajoy al pacto fiscal". Francesc Valls está superofendido. "El presidente catalán optó por guardar unas formas políticas de las que adoleció (sic) su interlocutor", un patán español a su lado. "Es insólito" que mandara a Sánchez Camacho, una mindundi, a responder a un señor tan importante como Mas. Si es que van a tener razón, somos unos catetos y unos garrulos sin remedio. En el editorial se ponen pelmas con el federalismo. "España necesita un debate federal sin complejos", dice. Y le atiza un garrotazo a Rubalcaba a ver si espabila. "Ayer resultó llamativo el silencio de la dirección del PSOE mientras otras fuerzas políticas informaban sobre lo que los partidos estatales creen o piensan". ¡Niño, despierta, que estás como alelado!, le viene a decir.
La Razón, desazonada, tira la toalla. "No hay salida". Eso sí, Marhuenda está emocionado hasta la lágrima porque "el desafío del pacto fiscal ha unido al PP y al PSOE frente al separatismo. El hecho de que Rajoy, nada más terminar la reunión llamara a Rubalcaba es más que elocuente. Aunque solo fuera por esto, la visita de Mas a Rajoy ya mereció la pena", ay, qué bonito, madre.
ABC está muy belicoso. "Mas esconde su fracaso con nuevas amenazas". Y saca pechito. "No es el momento para crear una crisis territorial, pero tampoco de eludirla si se plantea con la virulencia verbal y social que ha exhibido el nacionalismo catalán", ¿qué, eh, qué? Venid si os atrevéis y salimos a la calle. Así que, con este talante que se les ha puesto, le sacude un tortazo al PP. "No parece razonable que el PP mantenga el apoyo a CiU en el Parlamento". Carlos Herrera está hasta el moño. "Da la sensación de que, al final, como tantas veces, la cosa se quedará en la eterna indefinición a la que los políticos catalanes han sometido a su propia población. Amagar y nunca acabar de dar", bravucones que sois unos bravucones.
La Gaceta, también en tono cansino, ni siquiera abre con Mas, sino con Cáritas. En el editorial concluye que "seguimos en punto muerto", pero lanza una advertencia a Rajoy. Debería hacer algo para "apaciguar los ramalazos separadores de cada vez más españoles no catalanes dispuestos a decir sí a la independencia para que los separatistas los dejen en paz". Un pozo de sabiduría, oye.
Y hala, nos vamos a Cataluña, a ver qué dice La Vanguardia. Pues allí se abre una "nueva etapa". "Entramos en una nueva etapa llena de incertidumbres para unos y de esperanzas para otros", dice. Eso sí, ni pajolera idea de lo que va a pasar porque "tampoco hay que olvidar que el apoyo real a la independencia es por ahora desconocido" a ver si al final nos la tenemos que comer. Y nos cuenta que Mas va a ir a Europa a chivarse de lo mal que les tratamos. "La estrategia de Mas se dirige ahora a europeizar el conflicto". Pues hala, majos, bona sort.