El Patio de la Armería del Palacio Real de Madrid fue el escenario este lunes del pago de una deuda histórica. La imposición colectiva de la máxima condecoración militar, la Gran Cruz Laureada de San Fernando, al Regimiento de Caballería Alcántara, por su actuación durante lo que se ha conocido históricamente como el desastre de Annual.
La decisión fue aprobada por el Consejo de Ministros del pasado 1 de junio –previo al Día de las Fuerzas Armadas– con el objetivo de reconocer los "heroicos" hechos ocurridos entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cuando la Alcántara se inmoló contra los rifeños para garantizar el repliegue de las tropas españolas desde Annual hasta el monte de Arruit.
La Laureada Colectiva puede ser concedida a Unidades, Centros y Organismos de las Fuerzas Armadas o del Cuerpo de la Guardia Civil por acciones, hechos o servicios excepcionales realizados en colectividad con inminente riesgo de la propia vida y siempre en servicio y beneficio de la Patria o de la paz y seguridad de la Comunidad Internacional.
Las acciones, hechos o servicios premiados con esta recompensa deberán ser realizados en el transcurso de conflictos armados o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de la fuerza armada. La última vez que se había concedido esta distinción militar –creado en 1811– fue en 1943, por lo que es la primera que se impone desde la restitución de la democracia en España.
El acto estuvo presidido por sus majestades los Reyes, a los que acompañaron buena parte de la Familia Real, como sus altezas los príncipes de Asturias y la infanta Elena de Borbón. También asistieron el presidente del Congreso, Jesús Posada; el presidente del Senado, Pío García Escudero; el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete; el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo –un tío-abuelo suyo formó parte del Regimiento y murió durante las batallas que protagonizaron–; así como toda la cúpula militar.
La unidad de 700 hombres que dejó de existir
El Regimiento fue fundado el 19 de febrero de 1656, con el nombre de Trozo de Nestien, llamado así por ser éste su primer Maestre de Campo, estableciéndose en el Estado de Bruselas. Desde hace más de 350 años, bajo distintas denominaciones (lanceros, cazadores, dragones, etc...), los jinetes del Alcántara han ido dejando su huella por todo el mundo, desde Flandes hasta el norte de África, pasando por Francia, Italia o Cuba.
Durante el caluroso verano de 1921, coincidiendo con la insurrección marroquí contra el Protectorado español, las tropas del líder rifeño Abdelkrim consiguieron tomar los puestos fortificados que rodeaban Annual y fueron atacando a unas excesivamente dispersas tropas españolas en el norte del país, que fueron perdiendo posiciones y efectivos rápidamente.
Finalmente, los altos mandos ordenaron una retirada de las tropas españolas de la zona, que se prolongó durante seis días de marcha. El 23 de julio, la columna de repliegue fue cercada en un barranco junto al río Igan –en las cercanías de Annual– y atacados desde posiciones elevadas. El general Navarro ordenó al teniente coronel Fernando Primo de Rivera, máximo responsable del Regimiento, que cargara con sus escuadrones sobre el flanco izquierdo, para conseguir que la columna vadease el río.
Pistola en mano, arengó a la tropa:
"La situación, como ustedes verán, es crítica. Ha llegado el momento de sacrificarse por la Patria, cumpliendo la sagradísima misión de nuestra Arma. Que cada uno ocupe su puesto y cumpla con su deber. ¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos".
Los jinetes del Alcántara cargaron hasta cuatro veces contra el enemigo atrincherado. Ante el agotamiento de los caballos, se llegó a combatir, primero al paso y después pie a tierra. Hay que decir que, desde un principio, hasta los oficiales veterinarios y los jovencísimos educandos de banda, y el personal desmontado de la Unidad de servicios y puestos de Melilla y Sepangan se incorporaron a las cargas junto al resto de sus compañeros.
Al finalizar la jornada, toda la columna de tropas españolas habían conseguido pasar el río y podía continuar su repliegue, pero el heroico Regimiento Alcántara dejó de existir como unidad. De los casi 700 hombres que lo formaban, sólo sobrevivieron el teniente coronel Primo de Rivera (murió días después a causa de las heridas), 4 de los 32 oficiales y unos 70 miembros de la tropa.