El Mundo abre portada con los toques del Banco de España a Rajoy. "Linde a Rajoy: si revaloriza las pensiones, no cumple el déficit". Y, de paso, como quien no quiere la cosa, también le dice que no nos tome el pelo, que "la previsión" de que el PIB solo caerá un 0,5% es "optimista" y no se lo cree ni él.
Sobre el auto del juez Pedraz dice que "coincide con el 25-M en desacreditar a los políticos", qué casualidad. "Los políticos son unos decadentes, los policías, unos exagerados; y los imputados inocentes", resume Manuel Marraco. Pero a quien se le cae el pelo es al portavoz del PP Rafael Hernando, a quien el auto de Pedraz le sentó como una patada en el estómago, no me callo y no me callo, y acabó llamándo "pijo ácrata" al juez y su partido le mandó chitón. Pedro J. se pone remilgado y, aunque admite que el auto "arroja serias dudas sobre la imparcialidad del juez" dice que Hernando "patina". Victoria Prego le echa una bronca de campeonato. Que "un miembro del Parlamento español se lance a insultar a un magistrado en unos términos propios de pelotera de tasca", por Dios, por Dios, qué escándalo. "Es impropio de un señor que pisa las alfombras del Congreso", que es como un altar pero en laico, dónde vamos a ir a parar, qué falta de respeto. Y los peperos, Virgen Santa, cuán "cegata reacción" no condenar "la metedura de pata en un primer momento". Menos mal que tras el aplauso –bien, Rafael, bien- "regresaron a los buenos modales".
Jiménez Losantos no da crédito al auto del "Garzón con flequillo que sube las escaleras de la Audiencia Nacional como si fuera un anuncio de champú" y atiza a Fernández Díez por "obedecer las órdenes de la progresía". "El PP está convirtiéndose a toda prisa en una versión blandita o una sólida coartada de un sistema rabiosamente antisistema, que es ni más ni menos que la política tradicional del PSOE con escasas aunque valiosas excepciones. La diferencia es que lo que en Rubalcaba era cálculo mezquino, en Fernández Díaz es o parece miedo insuperable a Rubalcaba y a Cebrián".
El País saca artillería pesada para defender al juez enrrollao y se apunta encantado a la tunda a Hernando. "El PP ataca a Pedraz por criticar la decadencia de la clase política", titula. La respuesta del PP fue "fulminante e insólita", una "catarata de insultos y descalificaciones" y hasta "llegó a cuestionar la capacidad jurídica de Pedraz", qué atrevimiento. Pues a mí me suena que eso mismo hizo el PSOE, me digo. Así que llego casi al último párrafo de la información de F. Garea y M. Altonao y pumba. ¡Ahí está! "Las quejas contra el magistrado llegaron también de otras formaciones". Es más, Soraya Rodríguez "estimó que hablar de esa decadencia en un auto no parece un juicio muy jurídico".
La Razón prefiere la economía y dice que "Rajoy cierra apoyos en la UE para resolver la ayuda", que es como este periódico llama al rescate. Pero a Alfonso Merlos le ha flipado el auto de Pedraz. Lo encuentra "entre lo surrealista y lo delirante" y es "una broma de mal gusto, hiriente e insultante".
En ABC tienen un cabreo sordo. El escrito de Pedraz "incluye unas apreciaciones inaceptables que deberían ser estudiadas por el CGPJ. Las monserguitas de maestro Ciruela que se permite el magistrado restan credibilidad a su argumentación: la policía es mala-mala y chapucera, los políticos son ‘decadentes’... Al movimiento indignado le ha salido otro héroe que unir a ese aguerrido y locuaz camarero. Y lleva toga". ¿Ven? Un cabreo sordo. Y Carlos Herrera, pues lo mismo, echando las muelas. Nos cuenta que a Pedraz sus compis le llaman "el Niño Ken", que "se le considera un Garzón Dos" y que "a él la agrada". "Se vistió de manifestante con la toga" e hizo de "comentarista de internet". Y se pone en plan primo de Zumosol con los pobres políticos, que "en su inmensa mayoría dedican su tiempo y hacienda a intentar mejorar las condiciones de vida de sus paisanos". Venga, Carlos, no exageres.
A La Gaceta, Pedraz, ni fu ni fa. Ellos están muy preocupados por Cataluña. "Los obispos defienden el bien de la unidad de España frente al separatismo". Y que se anden con cuidado, no han hecho más que empezar y ya "cinco multinacionales han frenado sus inversiones en Cataluña".