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Los Ruiz-Mateos dieron 600.000 euros al abad de Montserrat para que les ayudara a expandirse

Según informa ABC, Nueva Rumasa entregó a la Fundación de la Abadía 30.000 euros semanales entre 2009 y 2010.

La familia Ruiz-Mateos donó a lo largo de varios años millones de euros a distintas órdenes religiosas. Entre sus beneficiarios habituales nunca había estado la Abadía de Montserrat, hasta que José María Ruiz-Mateos, su hijo José María y la mujer de este visitaron en 2009 al abad Josep Maria Soler, de marcada ideología nacionalista.

Según informa ABC, tras asistir a misa, los Ruiz-Mateos se reunieron en privado con el abad y pactaron un donativo de 600.000 euros. Según fuentes del diario de Vocento, "volvieron de Montserrat encantados y dijeron que se habían hecho amigos del abad, que les iba a ayudar en Cataluña".

Los movimientos de la caja única de Nueva Rumasa, que fueron entregados en la Audiencia Nacional, muestran que el primer pago tuvo lugar el 9 de octubre de 2009. Fueron 30.000 euros que se repitieron 19 veces, cada siete días, y con gran puntualidad. La última entrega fue el 5 de marzo de 2010, completando los cien millones de pesetas pactados –Ruiz-Mateos no cuenta en euros-.

El empresario de Jerez esperaba apoyo para sus negocios en Cataluña. Nueva Rumasa era dueño de Cacaolat desde 2007, cuando compró Clesa a la italiana Parlamat. La marca de batidos tiene su fábrica en la calle Pujades, muy cerca del Parlamento catalán y del puerto de la Ciudad Condal. Según fuentes cercanas a la familia, esta pretendía cambiar la fábrica de ubicación y recalificar el terreno. La empresa también tenía unos solares en Reus (Tarragona), además de otras inversiones que necesitaban un "empujón" en la región.

Donativos pagados por los inversores

El grupo empresarial ya atravesaba una situación más que complicada cuando hizo los pagos a la Abadía de Montserrat. De hecho, los donativos, se nutrieron de los inversores, ya que la campaña de los famosos pagarés arrancó en 2009 –los ahorradores han perdido unos 300 millones de euros-. En febrero de 2011, apenas un año después del último pago a Montserrat, las principales empresas de Nueva Rumasa se declararon en concurso de acreedores, entre ellas Clesa, la propietaria de Cacaolat, lo que truncó todas las expectativas de negocio.

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