Ignacio Aguado, que viste corbata naranja, el color corporativo de Ciudadanos, confiesa que el tranquilo restaurante gallego en el que nos cita suele ser su cuartel general, pues vive y trabaja cerca. En el último año su vida ha pegado un giro radical, desde que a finales de 2013 fuese elegido por los afiliados como portavoz de la renacida Agrupación de Madrid de Ciudadanos. En su trabajo en una compañía energética son muchos los compañeros que se le acercan para preguntarle por su futuro, y por las encuestas.
Es muy curioso repasar su perfil, casi clónico al de Albert Rivera: formación jurídica, experiencia en la empresa privada, jugador de Waterpolo, participación en la Liga de Debate universitario...¿Hay un perfil Ciudadanos?
Bueno, lo último no es del todo exacto, participé en algún torneo de debate universitario, al Waterpolo sí he jugado y a nivel profesional, en el Canoe. En cuanto a lo del perfil Ciudadanos, no lo creo, somos bastante transversales. En Madrid, donde ya somos unos mil cuatrocientos militantes, hay de todo: médicos, arquitectos, parados, estudiantes, jubilados...
La Agrupación de Madrid ha resurgido de sus cenizas. ¿Cómo ha sido el proceso?
En la primavera de 2013 estaba en mi casa y me indigné escuchando unas declaraciones de Mariano Rajoy, fue como una revelación. Siempre he sido una persona proclive al interés por la política, a discutir los asuntos, a indignarme, pero esto fue un paso definitivo. Llamé a Ciudadanos en Barcelona y pregunté si había infraestructura en Madrid y me remitieron a la Agrupación, que casualmente acababa de celebrar elecciones a la Junta Directiva, que formaban siete chicos jóvenes que habían entrado muy poco antes. Era una Agrupación, como comentaba usted, totalmente adormecida, había unos treinta afiliados. Se empezó a hacer un trabajo de cero y en diciembre me presenté a las elecciones internas porque dos de esos siete miembros tuvieron que dejarlo por motivos personales. Esto es un partido democrático y hubo que convocar elecciones para cubrir esas plazas. Salí elegido junto al compañero Miguel Gutiérrez de entre los veintiocho que nos presentamos. En enero de 2014 me nombraron portavoz.
¿Cómo es el día a día de un partido que no tiene representación institucional en su territorio?
Difícil, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de la gente es voluntaria, sólo hay dos personas contratadas. Poco a poco hemos ido teniendo mayor repercusión en medios. Esto cada vez va a más, nos preguntan por las encuestas, los candidatos...
Las perspectivas en Madrid son muy buenas, no sólo por las encuestas sino también por el gran resultado en las europeas, donde se quedaron a dos décimas del 5% de voto. Pero a cinco meses de la cita faltan candidatos.
Vamos a convocar primarias en las próximas semanas, en febrero habrá candidatos de Ciudadanos a la Comunidad y al Ayuntamiento.
¿Se va a presentar?
Sí. Pero tengo que pensar si a la Comunidad o al Ayuntamiento de Madrid, en función de lo que quiera la Ejecutiva nacional del partido y también de lo que opinen los afiliados. Estaré donde sea más útil.
Es posible, por tanto, que haya `paracaidistas´
Es una posibilidad, pero en este partido todo el mundo tiene que someterse a unas primarias. En el caso de los independientes, si se quieren presentar necesitan una autorización de la Ejecutiva del partido. Por mucho respaldo mediático que tengas si los afiliados no te votan no serás candidato, es uno de nuestros activos como partido.
Lo bueno o lo malo que haya pasado en Madrid, y en la mayoría de sus municipios, incluida la capital, es responsabilidad del PP, que ha acumulado un importante grado de poder durante muchos años. Dígame algo bueno de esa gestión.
En Madrid capital han sido conscientes de la inmensa deuda que había dejado Gallardón [Alberto Ruiz] y han intentado reducirla, a esa tarea se ha puesto el Gobierno de Ana Botella, aunque no lo han conseguido del todo.
¿En qué ha fallado?
En muchas cosas. Ana Botella no está a la altura de un cargo tan importante, Madrid tiene que aspirar a estar a la altura de París o Londres. La imagen de Madrid como capital turística ha fallado, una prueba de ello es la frustrada carrera olímpica. Ahí se evidencia que necesitamos buenos gestores, que sepan hablar idiomas. En la CAM hemos tenido una legislatura bastante anodina, Ignacio González, tras la marcha de Esperanza Aguirre, ha tenido un perfil anodino. Es cierto que Madrid sigue siendo el motor económico de España, pero no ha habido una gestión ambiciosa como la de los primeros tiempos de Esperanza Aguirre, con la construcción de tantos kilómetros de metro.
¿Cristóbal Montoro maltrata financieramente a Madrid?
El discurso de maltratar territorios no me convence. Lo que necesitamos es remodelar a fondo el sistema de financiación autonómica. Es más importante ver lo que recibimos los ciudadanos de Madrid y lo que reciben en otras comunidades antes de plantear que el Gobierno central nos ataca. Nuestro modelo, como digo, no es satisfactorio y hay que cambiarlo.
¿Qué valoración le merece el caso Bankia y la actuación como acusación particular de UPyD?
Es uno de los casos que ejemplifica lo podrido que está el sistema bipartidista: las tarjetas black, el caso Bárcenas, los ERES... el ambiente se ha convertido en irrespirable. No hay mano dura contra los corruptos, Rajoy ha presentado dos paquetes de medidas y no han llegado a entrar en vigor. Esto es lo que más indigna a la gente.
Si Ciudadanos hubiese estado en la Asamblea en la anterior legislatura con usted como diputado o portavoz, ¿habría apostado por Eurovegas?
Hay que compatibilizar libertad de mercado con igualdad de oportunidades. Ese es el discurso que vertebra a Ciudadanos. Nosotros no somos partidarios de prohibir ninguna actividad económica, pero no creo que Eurovegas sea el tipo de modelo productivo al que tenemos que ir. Yo prefiero un modelo para Madrid basado en el I+D, las nuevas tecnologías, el apoyo al emprendedor, a la pequeña y mediana empresa antes que apoyar al señor Adelson [Sheldon] para que monte un casino de dudosa reputación que en un momento de crisis supondría una inversión de cientos de millones solamente para dotarlo de infraestructura. España no necesita ese tipo de pelotazos, sino el cambio hacia un modelo productivo que nos permita crecer. Hay que ir a la base del problema: la economía española tiene que ser competitiva no a base de reducir salarios, sino a base de ofrecer un tejido productivo potente, que permita pagar unos salarios dignos. Hay que apostar por el autoempleo y por los emprendedores, es un cambio cultural, de base.
Se habla mucho de Ciudadanos como el Podemos de la derecha, o como la alternativa que va a encontrar el elector de centro derecha defraudado. La encuesta de Metroscopia indicaba que de los dos millones de votos estimados en las generales buena parte vendrían del PP. En eso encajaría un discurso económico como el que usted está haciendo, sobre todo por el acento en el apoyo al emprendedor.
No creo que apoyar al emprendedor o a las PYMES sea de izquierdas o de derechas, es de sentido común. El 90% del tejido empresarial son las PYMES, el pequeño y mediano empresario es el que crea empleo. Y cuando ellos fracasan hay que apoyar al autónomo, que muchas veces se encuentran con las vías de financiación cerradas y con incontables problemas burocráticos.
El posicionamiento nacional de Ciudadanos
Tras los atentados de Paris los gobiernos europeos, el español entre ellos, están planteando una nueva agenda de medidas para luchar contra el terrorismo yihadista. En nuestro país PP y PSOE negocian medidas como el PNR, el famoso y polémico registro de pasajeros. ¿Qué postura adopta Ciudadanos?
No me gusta que se legisle después de un acto terrorista, las medidas tienen que ser previas. El combate del terrorismo tiene que ser proactivo, como el de la corrupción. Siempre apoyaremos las medidas que combatan el extremismo terrorista.
¿Registro de pasajeros?
Sí, aunque manteniendo un equilibrio con los derechos de las personas. Pero parece una medida lógica, como también una separación de los presos en las cárceles. A veces en Occidente hay muchos complejos a la hora de combatir al terrorismo.
El 25 de enero hay unas elecciones muy importantes en Grecia. ¿Tiene preferencia por algún resultado? ¿le parecen de recibo las advertencias a los votantes griegos realizadas desde Europa?
Allí ha pasado, elevado a la enésima potencia, lo que en España. El Gobierno griego ha vendido a sus ciudadanos una realidad falsa, y cuando se han querido dar cuenta el Estado estaba en quiebra y los problemas a flor de piel en la calle. La reacción y la aparición de Siryza demuestra que, como en España, las cosas se han hecho mal. Hay un Gobierno que oculta la realidad y luego tiene que llegar la UE a salvar al país, porque no había otra forma de solucionar el problema. Es fácil hablar a posteriori, pero había pocas alternativas al rescate de 2010. La salida de Grecia del euro y de la UE hubiese conllevado una gran inestabilidad; unas pérdidas millonarias para una gran cantidad de empresas que habían invertido allí y una brutal pérdida de poder adquisitivo para el ciudadano medio, cuya moneda ya no estaría respaldada por los socios comunitarios, se habrían encarecido enormemente los prestamos.
Si no me fallan las cuentas usted, que nació en 1983, tuvo derecho a voto por primera vez en las municipales y autonómicas de 2003. ¿Qué hizo?
Fui a votar, claro. Desde que tengo uso de razón he pensado que debía hacerlo. Me considero una persona comprometida e incluso idealista, hay que apuntar siempre alto.
¿Se puede saber a quién?
Yo creo que voté al PP. Era un momento de expansión económica, Esperanza Aguirre obtuvo mayoría absoluta. Muchos pensamos que era lo mejor para la CAM. Luego se ha visto que más bien había una burbuja antes que un proyecto serio. Fue la última vez que les voté.