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'El Mundo' revela que Pedro Sánchez recorrió varias tiendas para alquilar banderas

El banderolo de Pedro Sánchez consigue robarle protagonismo a Rivera, ausente en muchas portadas.

El Mundo sí abre a cuatro con Rivera. "Rivera exige pactos en justicia, educación y la ley de partidos". David Jiménez, el nuevo director, está encantado con el simpaticón político catalán. "No por esperada hay que dejar de celebrar la decisión de Albert Rivera de presentar su candidatura a las primarias". Bueno, esa tontuna se la podía haber ahorrado porque no tiene competidor. Chorradas las mínimas. "Ciudadanos representa una sólida esperanza para liderar la regeneración democrática", se ha transformado "en un baluarte de los valores constitucionales y las reformas que necesita España". Rivera "tiene la ventaja de ser un rostro nuevo y de ser la referencia de un partido no contaminado por la corrupción y, además, no suscita rechazo entre los electores", siempre tan majete. "Es también un orador elocuente y un dirigente cercano". En resumen, una joya. "Con todas estas cualidades, puede liderar el necesario impulso regenerador de la política española, pero debe actuar con sensatez y ser muy consciente de cuáles son sus limites, no sea que le suceda lo mismo que a Ícaro que, desoyendo el consejo de Dédalo, se desplomo cuando el sol fundió la cera de su alas por volar demasiado alto". Qué faena, pobre chaval, menudo tortazo debió de darse. ¿Y se hizo algo? Ya sabes, Albert, atento a lo que diga Dédalo.

El numerito de la bandera de Pedro Sánchez sigue dando qué hablar. Dice El Mundo en su sección de rumores "Nos cuentan que..." que la idea la llevaba rumiando hace tiempo el líder socialista. "En principio barajaron intercalar entre ocho y diez banderas de España y de Europa en el fondo del escenario. Como en Ferraz sólo hay dos enseñas, recorrieron varias tiendas para alquilarlas". Pues sí que son ratitas los socialistas.

Y también se habla de la última de Rajoy. "Rajoy regresa al 'no' a la crisis". Que me dejéis en paz con los cambios, córcholis, vino a decir. John Müller dice que lo que le pasa a Rajoy es que "le gusta ser presidente del Gobierno, no presidente del PP que le debe parecer la casa de los líos". Pero, en opinión de Müller, lo que debe plantearse Rajoy es: "¿Es el mejor candidato del PP en estas elecciones?". Pues ya te lo contesto yo, John. No tiene ninguna duda.

El País sigue intentando higienizar al PSOE tras el espectáculo que ha dado con los pactos. Hoy le toca a Jordi Sevilla, el último fichaje de Sánchez, el que enseñó economía a Zapatero, Dios nos pille confesados. "El PSOE no va a dar miedo a las empresas ni a los inversores". Un poco tarde, majo. Contentos tiene tu jefe a los del Ibex por sus embustes. Editorializa hoy sobre la dichosa bandera del socialista. "No hay incompatibilidad entre los emblemas de España y el proyecto progresista como pretenden algunos sectores izquierdistas". "La izquierda no tiene por qué renunciar al legítimo sentimiento patriótico". No te engañes, el sentimiento patriótico le produce sarpullidos a la izquierda. Eso es así y punto. Defiende los pactos de Sánchez con una frase sin sentido. "Defender la Constitución tampoco justifica llamar a la traición por realizar pactos que permiten gobiernos allí donde ningún partido ha conseguido mayoría suficiente por sí mismo". Ni el mimsmo editorialista se lo cree, y se nota. Y Albert Rivera deja de ser el niño mimado. Aparece en portada pero en columnita. "Albert Rivera pide unos nuevos Pactos de la Moncloa". Qué se le va hacer, Albert, la cabra siempre tira al monte.

ABC abre con Grecia. "Grecia in extremis. Las cesiones de Tsipras abren la puerta a un acuerdo con lo líderes europeos para evitar la quiebra del país". A ver si acaba ya esta interminable partida de póker, que ya cansan. Bieito Rubido sigue dándole vueltas a la banderita. "Se equivocan quienes reprochan al PSOE exhibir la bandera de España. Merece el aplauso (…) Cuanta más bandera mejor". La próxima vez si eso que se haga un traje. El editorial, menos complaciente, dice que sí, que una monería lo de lo bandera, pero que "los antecedentes no invitan al optimismo". Que el PSOE "ha sido cómplice activo del nacionalismo disgregador y separatista". Pero vamos, que si "el gesto del secretario general supone una enmienda a la totalidad de ese nocivo coqueteo con quienes tratan de quebrantar la unidad de España, bienvenido sea". Ya. Hechos son amores... De Rivera, a quien no mencionan en ninguna de sus dos portadas, habla Ignacio Camacho. "El flamante candidato presidencial de C's ha pasado de Riverita a señor Rivera". "Quiere aparecer como un reformista responsable frente al rupturismo radical de Podemos y ese es en efecto su nicho de mercado electoral". Mayte Alcaraz dice que Pedro Sánchez anda "en busca del centro perdido". Su problema es que "tiene poco tiempo para esconder debajo de la mesa los añicos del espejo roto de las alianzas". "Tanto Pedro Sánchez como su socio, Pablo Iglesias, han decidido inopinadamente pivotar sobre la centralidad, pese a que los acuerdos que han suscrito cristalizan políticas extremistas".

La Razón cuenta que "Carmena burla la ley y ficha como jefe de Gabinete al marido de su sobrina". Vaya con la alcaldesa hippie, qué pronto ha aprendido. Abel Hernández atiza a Pedro Sánchez. "El numerito fue un intento casi desesperado de Sánchez de recuperar el espacio de la moderación después de entregar simbólicas parcelas de poder a fuerzas separatistas o antisistema, consideradas extremistas. Esto ha sido lo más chocante: su comportamiento aparentemente bipolar". Lo que nos faltaba, un aspirante a presidente con problemas psiquiátricos. De Rivera habla Pilar Ferrer, cautivada por su encanto. "Nadie puede negar el mérito de este joven barcelonés, que tuvo el coraje de defender a España ante la amenaza secesionista en Cataluña (…) Representante de una regeneración sin odios", es "mimado y anhelado, se permite lanzar un órdago para llegar a la Moncloa. Al salir del acto, algunos vecinos castizos le gritaban: 'De Madrid al cielo'. Dicho y hecho. Rivera acaba de iniciar en la capital su camino hacia el cielo presidencial". ¿Otro a por el cielo? Pues sí que va a estar discutido el cielo en los próximos meses. Cuidado con Pablo, Albert, que él lo quiere tomar al asalto.

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