"A partir de ahora, cambio, a partir de ahora, la igualdad, a partir de ahora, la libertad, a partir de ahora, la unión se va a volver a poner de moda". La frase se escucha una y otra vez en boca de Albert Rivera en el último spot de campaña de Ciudadanos, que este miércoles se ha estrenado en un mitin en Zaragoza. Nada más proyectarse, Rivera se ha subido al escenario callejero, en el parque de los cantautores de la capital zaragozana, con más de medio millar de simpatizantes naranja, para seguir encadenando frases con ese encabezamiento, al modo en que se construyó el célebre "I have a dream" de Martin Luther King, hasta llegar a una sentencia de rabiosa actualidad: "A partir de ahora, los que utilizan el ministerio del Interior a su beneficio se irán a su casa".
El nuevo vídeo remeda en parte las críticas recibidas por el primer spot electoral, ambientado en una barra de bar, y visualiza a otros rostros del partido centrista (se puede ver a dirigentes como Inés Arrimadas, José Manuel Villegas, Juan Carlos Girauta, Ignacio Aguado o Begoña Villacís) precisamente cuando vuelve a ponerse en duda que Ciudadanos sea algo más que su líder. Una afirmación que molesta especialmente a Rivera, quien considera que en el último año se ha dado un gran salto cualitativo y que hoy hay portavoces de sobra preparados para defender el proyecto.
La satisfacción por la campaña es alta en el cuartel general naranja, esta vez mas reforzado que en diciembre. Si entonces la actuación de Rivera en el debate a cuatro marcó negativamente toda la campaña, en esta ocasión una actuación mucho más satisfactoria ha permitido activar un círculo virtuoso en el que todo parece ir como la seda, aunque la batalla del próximo domingo será muy dura para mantener los cuarenta años y, como repiten fuentes de la Ejecutiva, "consolidar un espacio de centro en España". De la misma manera, estos dirigentes centristas señalan que el camino de Ciudadanos es más lento pero puede ser, una década vista, más satisfactorio que el de Unidos Podemos, muy lastrado, consideran, por la multitud de confluencias que, cuando lleguen los momentos duros, serán muy difíciles de gestionar.