El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dejado la puerta abierta a una abstención para evitar la situación de bloqueo en que se encuentra la política española y facilitar el acceso al gobierno a Rajoy. Aunque no ha accedido a apoyar al PP ni tampoco a entrar en el Gobierno, su cambio de postura deja la pelota en el tejado del PSOE, cuyo líder se reunirá este miércoles con el presidente.
Las cuentas no dan, por mucho que Ciudadanos se abstenga: los populares, de momento, tendrían sus 137 votos y si todos los partidos, a excepción de Ciudadanos, votan en contra (sumarían 181 votos negativos), Rajoy no será investido.
Otra opción que se maneja es que en sus negociaciones Rajoy logre alguna abstención más: la de Coalición Canaria (un escaño), la del PNV (otros cinco, aunque el partido insiste en decir que votará en contra) y la de Nueva Canaria. El diputado del partido regionalista forma parte del grupo socialista, pero podría desmarcarse en la votación de investidura y convertirse en clave para el juego de mayorías. Pero ni aun así los apoyos serían suficientes: serían 137 votos a favor (los de los populares) por 174 en contra.
Tampoco mejoraría la situación si, en lugar de la abstención, Rajoy lograra el voto a favor de los partidos canarios y de los nacionalistas vascos. El bloque a favor del Gobierno del PP sumaría 144 escaños frente a los 174 que se situarían en contra. Así las cosas, sólo la abstención de un significativo número de diputados, o del grupo socialista en su conjunto, podría garantizar la investidura de Rajoy. Como quería el PP, el PSOE tiene en su mano facilitar un nuevo gobierno o abocar al país a otras elecciones.