Podemos lo anunciaba como "encuentro con sus círculos" pero lo que celebró este viernes el partido morado en Madrid fue un acto de exaltación y homenaje a Pablo Iglesias en el que el secretario general de Podemos se reivindicó como el único líder de la formación y también, de toda la oposición española.
Iglesias se dio cita en el teatro Palafox de Madrid con un millar de seguidores del partido en lo que se suponía un "acto participativo". El encuentro duró alrededor de una hora en la que casi cuarenta minutos estuvo hablando el líder de Podemos en tono mitinero. Los miembros de las bases tan solo pudieron dirigirse al secretario general morado durante diez minutos, realizando media docena de preguntas a las que respondió escuetamente asegurando que "quizá debería haber sido más breve en su intervención dejando más tiempo para el debate", y añadiendo que "tomaba nota" de lo que le había dicho su público.
El acto comenzó con un Iglesias emocionado tras un vídeo homenaje a su trayectoria en Podemos, en el que aparecían su madre, Luisa Turrión, y sus amigos destacando sus cualidades "desde pequeño".
Tras ello, un emocionado Pablo Iglesias tomó la palabra y 'mató dos pájaros de un tiro'. Por un lado, se reivindicó a nivel interno como el único líder de Podemos y por otro, de puertas para fuera, como "el único líder de la oposición".
Comenzó asegurando que "el PSOE va a elegir y va a entregar el gobierno de España al PP. El desafío que vive Podemos en estos momentos es asumir el espacio que nos han entregado, el de ser oposición en este país. Aquí lo digo, estamos orgullosos, preparados, con nuestra gente, para ser la oposición al PP".
Críticas a su número dos
A nivel interno, Iglesias dejó claras cuáles eran sus tesis de cómo debe ser Podemos a partir de ahora. Un partido menos institucionalizado, que debe "cavar trincheras en la sociedad civil" y "politizar el dolor". Visión contrapuesta a la de Iñigo Errejón, mucho más moderada y que apuesta por una formación con un pie en la calle y otro en las instituciones.
Cargó también contra la estrategia llevada a cabo por Errejón en la pasada campaña electoral y volvió a reivindicar su alianza con IU. "Ser más o menos creíbles no se resuelve ni con el tono ni con el trabajo institucional, creo que eso tiene que ver con el trabajo militante, con construir contrapoder en los barrios, en las mareas, en la defensa de las políticas sociales", dijo. Y lanzó un mensaje a su número dos: "No todos pensamos igual, yo creo que las instituciones son fundamentales cuando gobiernas, pero cuando no lo haces se corren riesgos muy graves. Nuestros diputados no pueden estar más preocupados por su trabajo en las comisiones parlamentarias que por acompañar a los movimientos sociales".
Eso sí, tras los ataques a su número dos, se felicitó porque, en su partido, las discusiones "son de altura", "de política", y no "de cargos" como las que, a su juicio, se han producido en estos días en el PSOE.
Para finalizar, reivindicó el papel de la militancia en Podemos, "sois los mejores, los cargos públicos no mandan, escuchan a la militancia y obedecen". Tras ello, le dio la palabra a "sus militantes" que se encontraban en el acto, eso sí, durante diez minutos porque el tiempo del encuentro se había acabado y debían abandonar la sala.