A Gabriel Rufián le gusta Twitter. Disfruta escribiendo consignas de 140 caracteres, la mayor parte de ellas sobre su soñada independencia de Cataluña. Así, sus discursos parlamentarios son eso: tuits. Tuits declamados a cámara lenta, eso sí.
Tal es su ralentización cuando se sube a la tribuna del hemiciclo que el pasado sábado no le dio tiempo a decir todas las frases incendiarias que tenía preparadas para el PSOE durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Éstas cabían en dos folios, que el diputado de Esquerra decidió publicar después en Twitter -cómo no- a modo de protesta.
Este el discurso que no nos han dejado acabar. Con interrupciones, hemos hablado 3' de 5'. A mí me daría vergüenza. pic.twitter.com/XrOpMOP6md
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 29 de octubre de 2016
Publicar negro sobre blanco semejante concatenación de afirmaciones tiene al menos una laguna fundamental, que el diputado de ERC no supo ver: y es dejar constancia de las carencias educativas que el sistema de inmersión catalán le ha provocado. Las críticas le llegaron a miles. Pero algunas fueron constructivas; es lo que tiene esta red social. De tal manera que uno de los tuiteros se tomó la molestia de leerse íntegramente su discurso y devolvérselo corregido. "Se la devuelvo corregida, Gabriel Rufián. Le he puesto un 4. Un saludo".
Se la devuelvo corregida, @gabrielrufian. Le he puesto un cuatro. Un saludo. pic.twitter.com/5pGAQS38M8
— Álvaro Peleteiro (@Pele_RM) 29 de octubre de 2016