Los militares españoles realizan un procedimiento de seguridad con armamento a su entrada a la base Miguel de Cervantes en Marjayoun (Líbano). Para evitar disparos accidentales en el interior del recinto, una vez llegan de patrulla se dirigen a un punto establecido donde quitan el cargador y disparan en vacío sobre un cajón de arena con el objetivo de vaciar la recámara de su rifle de asalto.