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El Ministerio de Defensa dispara su presupuesto un 'falso' 32,1 por ciento

Los nuevas cuentas incluyen los pagos de los Programas Especiales de Armamento, que antes se pagaban con créditos extraordinarios.

Cospedal, durante su visita a las tropas en Líbano. | EFE

El Ministerio de Defensa es el incuestionable protagonista del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2017. El departamento que ahora dirige María Dolores de Cospedal sube la cuantía económica asignada desde los 5.734 millones de euros de las últimas cuentas públicas hasta los 7.576 millones de euros que le otorga ahora el libro rojo de los presupuestos. Un ostensible crecimiento del 32,1 por ciento.

Pero este aumento no es tan bonito como parece, en un momento en el que la crisis económica que ha asolado a España en la última década ha colocado a las Fuerzas Armadas en la línea roja de la inoperatividad. Y es que ese crecimiento está directamente relacionado con la incorporación a las cuentas de Defensa del pago de los Programas Especiales de Armamento (PEAs), núcleo del proceso modernizador de los Ejércitos y la Armada.

Un crecimiento solo en apariencia porque, en realidad, desde la llegada del PP al Gobierno las partidas destinadas a pagar los PEAs eran casi inexistentes en los presupuestos de Defensa y se procedía a su pago a través de un sistema de créditos extraordinarios. Es decir, el gasto se hacía pero se mantenía oculto y no se incorporaba con normalidad a las cuentas de Defensa. Tras recursos de PSOE e IU, el Tribunal Constitucional sentenció que los pagos no se podían hacer así.

También hay que aclarar que el primer pago mediante créditos extraordinarios se tuvo que realizar en el año 2012 fruto de una anormalidad. El anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo que negaba la existencia de la crisis económica, dejó de pagar en 2010 las anualidades de los PEAs, dejando a España en evidencia ante la industria de Defensa nacional e internacional. El PP se encontró al llegar a La Moncloa que estaban pendientes de pago las de 2010 y 2011.

Muestra de que no todo es tan bonito y que las restricciones económicas continúan en un ministerio necesitado de inyección económica, es que, sin contar los PEAs, el presupuesto sólo sube un pírrico 0,4 por ciento. La dotación para inversiones reales, excluidos PEAs, desciende un 12,5 por ciento, para quedarse en 426 millones, y la partida más voluminosa con diferencia es la destinada al pago de nóminas con 4.616 millones de euros (en el anterior presupuesto era el 75 por ciento del gasto).

El segundo concepto con mayor gasto presupuestario es el denominado "Gastos operativos de las Fuerzas Armadas" con 2.155 millones de euros de crédito inicial, seguido por los ya mencionados PEAs, con 1.824 millones de euros (716,8 millones corresponden a 2016 que no se pudieron pagar mediante crédito extraordinario por la sentencia del TC y 1.170 millones corresponden a la anualidad de 2017).

A la espera de que la OTAN contabilice con su método cuál es la inversión real de España en materia de seguridad y defensa (en los últimos presupuestos lo situó en el 0,92 por ciento), y pese al amplio aumento aparente del presupuesto del Ministerio de Defensa para 2017, las cifras todavía están muy lejanas del compromiso de invertir el 2 por ciento del PIB que se alcanzó en la pasada cumbre de la OTAN de Cardiff (2014) y que se deberá alcanzar dentro de siete años.

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