Albert Rivera impulsó en la IV Asamblea General de Ciudadanos celebrada el pasado febrero en Coslada un nuevo ideario que abandonaba la socialdemocracia como seña de identidad y cerró el cónclave naranja anunciando la vuelta de "los liberales de Cádiz".
Tres meses después, el presidente de la formación centrista española se muestra exultante por la victoria de Emmanuel Macron, que no ha dudado este lunes –al contrario de lo habitual, ha protagonizado la rueda de prensa después de la Ejecutiva de Ciudadanos, en lugar de la portavoz, Inés Arrimadas– en calificar como un triunfo de la "libertad frente al proteccionismo" de "la esperanza frente al miedo" y de "la unión frente a la ruptura".
Liberales en ocho gobiernos europeos
Rivera, que no ha olvidado enfatizar los treinta y nueve años de edad del nuevo presidente de la V República (dos más que él mismo) ha sumado a Francia a la lista de países de la Unión Europea gobernados de una u otra manera por representantes de la misma familia política de Ciudadanos, integrado en ALDE, el partido de los liberal demócratas que tiene primeros ministros en Holanda, Estonia, Dinamarca, Luxemburgo, Bélgica, Eslovenia y Finlandia: "Estamos hablando ya de ocho países gobernados por los liberales europeos, por gente que apuesta por el libre comercio y no por los aranceles y las fronteras; por gente que apuesta por dar pasos adelante en Europa y no pasos atrás y, sobre todo, un partido que apuesta por los valores que aquí llamaríamos constitucionales".
Para Rivera, "el liberalismo se está convirtiendo en el único instrumento, en la única ideología, en el único proyecto capaz de renovar y transformar el proyecto común europeo" frente a un socialismo hundido en las urnas y, a su juicio, con falta de proyecto: "Se está viendo en Grecia, se está viendo en Holanda, están bajando de una manera clara en Reino Unido, en Francia prácticamente han desaparecido del mapa, en España tienen serias dificultades en su batalla interna y con su falta de proyecto".
Por eso, Rivera apuesta por el liberalismo como la mejor receta para combatir las fuerzas contrarias al proyecto comunitario y a la moneda común: "Los liberales europeos tenemos que trabajar duro para tener un proyecto de futuro, para nuestros hijos y nuestros nietos, para que no venga la Le Pen de turno, el Mélenchon de turno o el Podemos de turno o el Syriza de turno a querernos sacar del Euro".