Puede saber que lo habrá porque lo haya acordado Juan Marín con la presidenta de Triana o puede saberlo porque va a elevar el nivel de sus exigencias hasta el punto de impedirle que siga gobernando. O quizá no lo sepa pero le conviene revitalizar la presencia de Cs en el Sur para sostener su efecto crecimiento. Lo cierto es que Ciudadanos Andalucía, desde el pasado 22 de junio, ya había decidido la convocatoria de unas elecciones primarias que dijo no promover hasta las siguientes elecciones autonómicas. O sea.
Si las elecciones andaluzas están oficialmente fijadas para marzo de 2019 y las primarias de Ciudadanos se celebran, como se ha conocido, en julio, en diez días, relata El Mundo, hay motivos para suponer que algo debe rumiar Ciudadanos para hacer que su candidato/a tenga tiempo suficiente de presentarse en público antes de cualquier anticipo electoral, más si cabe porque deberá cambiar radicalmente su imagen de partido-felpudo de Susana Díaz a la de partido de cambio en Andalucía. Es más, puede buscar que el bajón electoral que se le pronostica en el conjunto de España no afecte de manera incisiva en Andalucía.
Se ha repetido ya que a Susana Díaz le interesa anticipar las elecciones para evitar un posible reventón del efecto Pedro que, por el momento, le beneficia; para evitar la recomposición de sus tres oponentes, PP –descuajaringado–; Cs –desorientado– y Podemos-IU –divididos y cuesta abajo–, y para impedir que la visibilidad de su pésima gestión, sobre todo en temas sociales, le acarree un costo electoral excesivo. Añádase a eso su necesidad de impedir la penetración sanchista en el aparato del partido en Andalucía, para comprender que un adelanto electoral la viene bien a Susana Díaz.
De hecho, la última encuesta conocida y dada a conocer por Europa Press hace dos días, indicaba que por el momento, PSOE podría obtener 47 escaños, los mismos que tiene en este momento. Pero a su alrededor, Ciudadanos podría subir 14 escaños hasta los 23 y el PP de Juanma Moreno descender de los 33 que actualmente a los 23, siendo la tercera fuerza política por vez primera. Podemos-IU, juntos, perderían 4 escaños, pasando de 20 a 16.
Estos son los resultados del sondeo sobre intención de voto elaborado por la empresa SW Demoscopia para Publicaciones del Sur a partir de más de 3.500 entrevistas realizadas en las ocho provincias andaluzas entre el 6 y el 20 de junio, después de la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.
Para hacer que las elecciones sean un hecho, Ciudadanos dispone de un amplio arsenal de instrumentos que conducen a la no aprobación de los presupuestos para 2019, desde exigir la más elevada ejecución de los presupuestos de 2018, algo que no se ha hecho, a terminar de una vez con el Impuesto de Sucesiones, que la Junta ha vuelto a reflotar de manera indirecta o urgir la reforma de financiación autonómica Pero siempre queda abierta la puerta de que Susana Díaz mire a su izquierda, como ha recordado el agudo delegado del gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.
¿Quién será el candidato? Sólo hay dos opciones: que repita Juan Marín o que un candidato alternativo se imponga al sanluqueño. Ya en la pasada asamblea general, Luis Salvador, cabeza visible del Ciudadanos en Granada, fue el candidato más votado por los afiliados, muy por encima de los componentes de equipo de Juan Marín. Pero Salvador no ha dicho ni una palabra sobre el tema, sigue centrado en Granada y conoce la debilidad de ser un destacado militante del PSOE en el pasado.
Juan Marín no puede atribuirse el mérito del ascenso electoral en Andalucía por cuanto es evidente que el ascenso de Ciudadanos es general en España y tiene mucho más que ver con el comportamiento nacional de Ciudadanos, sobre todo en Cataluña, de la mano de Albert Rivera e Inés Arrimada, que con la sumisión sistemática de Marín ante el poder del PSOE de Susana Díaz.
Ya trascendió hace un mes que el actual secretario de Ciudadanos, José Manuel Villegas, santificaba la candidatura de Juan Marín, pero no es imposible que efecto contagio de la democracia interna en el PP y en Podemos, haga posible que las bases de Ciudadanos, que discrepan en buena parte de las rendiciones de Marín, hagan posible unas primarias disputadas.