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"El Gobierno tendrá que sacar las porras ante la gente cada vez más indefensa"

Como se veía venir, la violencia ha estallado en las calles. Y no ha hecho más que empezar.

Como se veía venir, la violencia ha estallado en las calles. Y no ha hecho más que empezar.
Disturbios en Logroño. | EFE

El Mundo

"Fin de semana de disturbios contra las restricciones del Covid". "El PP rechaza las protestas y se distancia de Vox por su apoyo, mientras Iglesias culpa a la ultraderecha".

Dice El Mundo que "el PP ha condenado "enérgicamente" los disturbios y ha mostrado su rechazo a la celebración de protestas en plena pandemia, mientras que Vox las ha apoyado de manera inequívoca. Unos sucesos de los que Santiago Abascal ha culpado a la "extrema izquierda" y a los menores que llegan a España en busca de una salida de la pobreza de sus países, a los que llama por el acrónimo "menas"". Dicho de esta manera parece que Vox ha aplaudido la violencia cuando no es verdad. Vox apoya las protestas contra el gobierno, como cualquier ciudadano que se precie de serlo, no la violencia. En España los que siempre apoyan y generan violencia son la izquierda y los separatistas. El Mundo debería dejar las manipulaciones informativas a los voceros del Gobierno.

"Los altercados violentos que se vienen produciendo desde hace varios días en las principales ciudades del país suponen una amenaza añadida a la grave crisis sanitaria por la que atraviesa España", dice el editorial. "Es probable que algunos de estos grupos estén protestando por la caótica gestión que el Gobierno está haciendo de la pandemia", que ya está bien hombre, que nos tienen hasta el gorro, pero "en ningún caso estarían justificadas las acciones violentas de estos grupos de energúmenos".

"España no puede permitirse un nuevo foco de inestabilidad, porque ahora más que nunca necesita concentrar todas sus energías en frenar el número de contagios, reducir al mínimo los muertos y contener los devastadores efectos de la pandemia sobre la economía". España está exhausta, era más que previsible que la calle estallara por algún sitio y no ha hecho más que empezar. Parece que lo único que funciona ya en este país son las porras de la policía.

Dice Federico Jiménez Losantos que "sorprende el descaro con que los sicarios mediáticos de los partidos insisten en que detrás de la violencia típica de la ultraizquierda, que asalta tiendas y apedrea a las fuerzas del orden, está... Vox". No sé de qué te sorprendes, Federico. "Los detalles de la manipulación son realmente zafios, pero ya no hay correctores de estilo ni redactores jefes que devuelven la noticia a un redactor hasta asearla. El Izvestia del Ibex 35 precisa: los enmascarados que queman las calles son "ultraderechistas".

Raúl del Pozo dice preocupado que "se masca el follón". "Se han cansado de los políticos vocingleros y vividores. En todo el mundo escupen a los monumentos y en España, comandos negacionistas, antisistema, anarcos, independentistas, radicales de extrema derecha y de extrema izquierda atacan a la Policía con bengalas, vallas, piedras... queman las furgonetas en ciudades españolas y europeas". "¿Qué creían los fulleros? ¿Que les iba a salir gratis su frivolidad e incompetencia? El Gobierno tiene cada vez más poder y tendrá que sacar las porras ante la gente cada vez más indefensa". Será interesante ver a Iglesias mandando a la policía a pegar a los ciudadanos. ¿Qué fue de rodea el Congreso? ¿Qué fue de esa emoción que le embargaba cuando veía a los suyos patear polis?

El País

"La policía no encuentra conexión entre los grupos tras los disturbios", pero el periódico del Ibex sí la ha encontrado: Vox. Dice el editorial que "los conatos de violencia que se han vivido estos días son una señal de alerta de máxima importancia". De conatos, nada. "Los disturbios contienen una miscelánea de lemas que nos avisa del salto que pueden dar a la calle los mensajes tremendistas y mentirosos que proceden de la arena política". Podemos, dirán, se refiere a Podemos. Pues no. Es la "retórica incendiaria de Trump que ha instigado la polarización, la confrontación, la definición del otro como enemigo y una atmósfera irresponsable que enfrenta a clases sociales, orígenes e ideologías". ¡La mejor descripción de Podemos que se ha visto nunca!

"En España los violentos claman consignas contra la dictadura de Pedro Sánchez y a favor de la libertad. Se trata de mensajes muy parecidos a los latiguillos habituales de Vox, que alienta las manifestaciones de protesta y luego culpa de los disturbios a los inmigrantes". Ja, no se lo creen ni ellos. Y se agarra al clavo ardiendo de un separatista catalán que atribuyó los disturbios en Barcelona a "infiltrados de extrema derecha". Para miccionar y no echar gota. Pero si en Cataluña son los separatistas de la CUP y aledaños los que han practicado siempre la violencia a los ojos de todo el mundo.

"Vox debería controlar su retórica radical , porque las consecuencias de la misma son imprevisibles". Creo recordar que la alerta ultra, los rodea el Congreso, los Bódalos y los que se emocionan viendo patear a policías están en Podemos y los dirige el vicepresidente Pablo Iglesias.

ABC

"PP-Vox: Divorcio sin vuelta atrás". "Casado se aleja de los de Abascal y rechaza las protestas en las calles , mientras Vox le acusa de colaborar con Sánchez e Iglesias". "Génova da por rotos los vasos comunicantes entre ambos tras la moción". Pues gobiernan juntos en bastantes municipios y comunidades.

Mariano Calleja, que firma la información, dice que se trata de "una guerra interna sin cuartel, con posturas irreconciliables, en la que solo podrá haber un vencedor, que se hará con la hegemonía del centro-derecha en España". Pues nada, que gane el mejor.

Editorial sobre la bronca en la calle. "Los graves disturbios de este fin de semana en algunas capitales de provincia no deberían ser tratados como expresiones políticas del descontento social por la pandemia, porque son, pura y simplemente, actos de violencia minoritaria e injustificable".

La desastrosa gestión del Gobierno "explican el desasosiego de millones de ciudadanos, pero no justifican la violencia". "Ver en estos comportamientos una reacción con significado político, como hacen Vox y Podemos para atacarse recíprocamente, es una temeridad que puede animar a actos de mayor peligrosidad para ciudadanos y policías". Porque ahora serán cuatro gatos, pero va a tener "un efecto multiplicador a medida que la situación empeore y las medidas contra la pandemia se hagan más restrictivas para las libertades y derechos de los ciudadanos". Veo al Gobierno socialpodemita sacando los tanques a la calle contra los ciudadanos, al tiempo.

Ignacio Camacho cree que los disturbios "no expresan el malestar de 'la sociedad', al menos todavía. "La sociedad está cabreada pero es pacífica. Los que queman contenedores y saquean comercios son energúmenos oportunistas. Radicales de diversas tendencias". Puede, pero forman parte de la sociedad, no nos engañemos.

"Esa morralla callejera no representa el verdadero drama de las clases medias que están empezando a ver a su alrededor los fantasmas del desempleo y la quiebra. A ésas no las veréis rompiendo escaparates en las madrugadas del toque de queda ni quejándose de la hora en que los bares recogen las mesas. Pero su pesadumbre silenciosa puede incubar otra clase de protesta que aflore en la descreencia del sistema". "El peligro no está en los contenedores quemados sino en la válvula por la que acabe escapando la presión del fracaso". La descreencia del sistema es ya un hecho, señor Camacho. Ruina, hambre, cabreo, desesperación, un cóctel perfecto.

Porque como dice Juan Manuel de Prada, "es inevitable que en toda reacción contra la represión política se cuelen pescadores en río revuelto. Pero deslegitimar esas protestas callejeras porque en ellas se cuelen pescadores en río revuelto es una vergüenza. Y aplaudir a unas "fuerzas del orden" (inicuo) que se dedican a tundir las costillas a españoles que se levantan contra gobernantes que están arrasando la economía nacional, arruinando miles de pequeños negocios y condenando a cientos de miles de trabajadores a las colas del hambre (mientras otros se hacen adictos a las drogas o al porno o a los ansiolíticos, o se pegan un tiro, incapaces de afrontar su horizonte sombrío) es un acto de fofería suicida". Es cerrar los ojos a la realidad. Cuando las personas no tienen nada que perder pueden ser peligrosas. Cuando no tienen con qué alimentar a sus hijos, pueden volverse violentas. El Gobierno debería tomar nota y ahorrarse chulerías.

La Razón

La Razón lleva una encuesta bastante cuestionable. "Aval mayoritario al confinamiento y suspenso a Sánchez". ¿Pues si Sánchez ha fracasado con su política de confinamientos por qué la gente avala el confinamiento? Es un poco contradictorio, como metido con colador.

"Podemos y Vox se enfrentan por los disturbios en las calles". Habría que recordar que Podemos es el único partido con condenados o investigados por todo tipo de agresiones. Alberto Rodríguez, Bódalo, Isa Serra, Rita Maestre y así.

"Mucha gente está cabreada", dice Marhuenda. "Es tan grande el caos como la insatisfacción que se está extendiendo. "Los últimos disturbios son una vergüenza y no puede existir ni siquiera un atisbo de justificación o comprensión. Lo inquietante es si estamos ante un hecho aislado o es un síntoma de lo que puede suceder en el futuro". Pues no pinta bien la cosa Marhu, no pinta nada bien. "Grupos de izquierda radical coinciden con su violencia con grupos supremacistas, nazis o fascistas". Los bildus de la kale borroca, los separatistas de la CUP, los podemitas pateadores de policías. Lo mejor de cada casa.

"Lo que me parece inaceptable es que la extrema izquierda aproveche para atacar a Vox". De alguna manera se tiene que sacudir Iglesias el muerto de ser el patrocinador de la violencia, la hemeroteca es larga y clarificadora. Y además, Marhuenda, díselo a tu televisión.

"El estado de confusión nacional es tan grave como inquietante y lo peor es que el futuro es muy oscuro". Negro como la noche. Vendrá el hambre, vendrá la falta de futuro, vendrá la ruina y habrá violencia. Cuando la gente ve cómo sus gobernantes se suben el sueldo a costa de los riñones de los trabajadores pero mantienen un IVA de lujo para las mascarillas se cabrea, claro. Y todavía puede cabrearse más.

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