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Narcoinvasión: cuatro lanchas entran cada día por Campo de Gibraltar tras desmantelar Marlaska a la Guardia Civil

La asociación de la Guardia Civil Jucil ha disparado las alarmas: se ha multiplicado la entrada de drogas por Campo de Gibraltar.

La asociación de la Guardia Civil Jucil ha disparado las alarmas: se ha multiplicado la entrada de drogas por Campo de Gibraltar.
Una narcolancha en La Línea de la Concepción. | Policía Nacional

La Guardia Civil lo avisó: que era un rotundo error desmantelar la unidad de la Guardia Civil en Campo de Gibraltar contra el narcotráfico. Jucil no tardó en reclamar la reagrupación de los miembros de ese equipo para evitar una avalancha de barcas. Pero el Gobierno insistió. Y, ahora, al menos cuatro "gomas" (lanchas hinchables) entran cada día por Campo de Gibraltar multiplicando el trafico de drogas y poniendo en peligro a los agentes que tienen que intervenir desde sus puestos de vigilancia habituales y sin el apoyo y especialización de la unidad desmantelada.

La asociación de la Guardia Civil Jucil ha disparado las alarmas: se ha multiplicado la entrada de drogas por Campo de Gibraltar. Fernando Grande-Marlaska defendió lo contrario y ordenó el desmantelamiento de la citada unidad. Porque, según el ministro, era mejor la configuración "estructural" de la unidad antidroga del Campo de Gibraltar (Cádiz). Es decir, devolver a cada guardia a sus destinos habituales sachándolos de Campo.

Pero el testimonio de los agentes es rotundo y demoledor: "La situación está totalmente descontrolada con el narcotráfico en Cádiz: todos los días están entrando una media de 4 gomas cargadas de hachís por Sanlúcar de Barrameda, río arriba, y en la zona de Sancti Petri (Chiclana), donde casi siempre las perdemos". Se trata del testimonio de algunos de los agentes en esos destinos que ya no pertenecen a la unidad porque se ha desmantelado.
Son guardias civiles normales que se centran en esa función cuando surge una alerta, al igual que se centran en todo el resto de delitos y emergencias. Pero que lo hacen ya sin el apoyo de todos los agentes externos antes dedicados en exclusiva a la lucha contra el narcotráfico. "Es un drama: droga que no se coge, además, droga que no existe a efectos oficiales, porque se están maquillando muchísimo las estadísticas al no poder contabilizar esa droga que entra y que no se captura", añaden los guardias.

Una de las noches de esta semana pasada, de hecho, se convirtió en una pesadilla para los agentes: "Lo de esa noche fue descomunal, entraron 8 gomas cargadas de hachís y siete las perdimos. Una de ellas, la octava quedó embarrancada en una zona de piedras con cuatro narcos a bordo y cargada hasta arriba", cuentan agentes desde Jucil. "Una novena goma de los narcos apareció en ese momento y fue al rescate de los que habían embarrancado, consiguiendo rescatar a dos y dándose a la fuga. Los otros dos se quedaron en la goma embarrancada, que al ver que sacábamos la barca auxiliar de la patrullera, se tiraron al agua", siguen explicando desde la Guardia Civil. "Fuimos al rescate de estos dos, poniendo en riesgo nuestras propias vidas, puesto que podríamos haber embarrancada también nosotros. Y conseguimos rescatar a ambos. Pero vez trasladados a la patrullera, un forcejeo producido por la falta de agentes suficientes acabó con un guardia en el agua y la fuga en nuestra propia goma oficial (auxiliar de la patrullera)", explican. "Hasta el compañero corrió serio peligro de ser herido con las hélices de la misma", añaden. "Finalmente el narco consiguió escapar, yéndose hacia la zona de arena de la playa de Chipiona, huyendo después por tierra, donde fue recogido por una moto y le perdimos la pista", de nuevo, por la falta de medios, aclaran.

Desde Jucil describen la situación de la Guardia Civil ahora en una entrada natural de droga como Campo de Gibraltar: "Tenemos todos los días una sola patrullera en servicio con solo cuatro o cinco componentes, para una demarcación amplísima, que comprende desde Sevilla (por el río Guadalquivir) hasta Barbate". El contexto aún permite hacerse más idea del descontrol: "Desde Sanlúcar a Barbate, en barco, se tarda una media de dos horas en llegar, por lo que juegan con nosotros al gato y el ratón: mientras te meten una goma por un lado y vamos detrás, te están metiendo otras por el lado opuesto. Imposible de controlar con tan pocos medios y falta de personal".

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