La presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega, ha renunciado a su cargo, según informan a Europa Press fuentes del citado Consejo. Sin embargo, previsiblemente no dejará la institución: podría convertirse en consejera vitalicia si así lo decreta el Gobierno. El cese de De la Vega será efectivo a partir del próximo martes 18 de octubre, tras su aprobación en Consejo de Ministros.
Las mismas fuentes destacan que De la Vega se comprometió en su día con Sánchez a estar cuatro años al frente de la institución y destacan que ha emprendido reformas relacionadas con la digitalización, la paridad o la transparencia.
Es previsible, no obstante, que De la Vega siga en el Consejo de Estado como miembro permanente. Según informa Europa Press, va a quedar vacante un puesto en la Comisión Permanente del Consejo de Estado ya que la semana pasada dimitió la consejera permanente elegida por el PSOE Victoria Camps. De la Vega podría ser nombrada para este puesto después de que tras su designación como presidenta perdiera el cargo vitalicio que ostentaba con anterioridad. Se convertiría así en una de los nueve consejeros vitalicios del Consejo de Estado.
Si el martes el Gobierno no nombrase al nuevo presidente, podría ejercer el cargo en funciones el titular de la sección primera, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.