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Caos en las cárceles catalanas: skins y magrebíes se enfrentan a machetazos

Cuatro Caminos registra una nueva pelea multitudinaria entre presos, con armas blancas de fabricación casera. Tres funcionarios han resultado heridos.

Cuatro Caminos registra una nueva pelea multitudinaria entre presos, con armas blancas de fabricación casera. Tres funcionarios han resultado heridos.
Centro penitenciario de Cuatro Caminos, en la Roca del Vallés (Barcelona). | GENERALIDAD DE CATALUÑA

"Las cárceles catalanas son un polvorín en estos momentos", asegura en declaraciones a Libertad Digital el coordinador de CSIF Prisiones de Cataluña, Alberto Gómez. Es consecuencia de "la política penitenciaria que llevamos desde hace tiempo", explica. "Es una política laxa, con una falta de medidas contundentes contra los agresores -que se sienten con cierta impunidad-, con una falta de recursos humanos, con una falta de inversiones en infraestructuras, tampoco somos reconocidos como agentes de la autoridad... Y es por la conjunción de todo eso".

Un cóctel que ha derivado en una sucesión de continuas agresiones y peleas dentro de las instalaciones de los centros penitenciarios. Muestra de ello es la reyerta multitudinaria que se producía este martes por la tarde en la prisión de Cuatro Caminos, en la provincia de Barcelona, "entre skins y magrebíes en el patio del módulo dos" y que ha dejado "tres funcionarios heridos de levedad". "No ha sido grave, pero podía haberlo sido", exclama. Varios de los presos implicados en la pelea portaban armas blancas de fabricación casera, algunas de grandes dimensiones.

"El incidente fue de tal magnitud que un total de 25 funcionarios tuvieron que acudir al módulo para poder disolver la reyerta", señala, "en la que se incautaron cinco armas: un destornillador, un cuchillo, un diablo -arma que fabrican quemando cualquier elemento de plástico, como un boli o un cepillo de dientes, al que le pegan cuchillas de afeitar-, otro artilugio con una hoja de 30 centímetros y una espada de 60". En la última se podían leer dos inscripciones: "A.C.A.B. (All corps are bastards / Todos los policías son bastardos)" y "mataperras".

Como proceden habitualmente en este tipo de situaciones, los funcionarios "separaron a aquellos presos que no estaban interviniendo en la trifulca para aislar una parte del problema". "Se hace así porque entonces ya te centras solo en los que van armados y los intentas convencer verbalmente de que tiren el cuchillo, porque no tenemos más recursos, no vamos provistos nosotros de ningún tipo de defensa", recuerda el representante de CSIF. "Vamos con nuestras manos y nuestra voz a convencerles de que van a hacer una tontería, y de que cesen la acción", añade.

Afortunadamente, los trabajadores de la prisión de Cuatro Caminos volvieron a lograrlo y el altercado se saldó de la mejor forma posible, dado que los heridos no revisten gravedad. Pero lamentan que no se aprenda de los errores. Tres de los internos implicados en la reyerta ya participaron en una pelea similar hace apenas 15 días. Pasaron por el módulo de sanción (aislamiento) pero después volvieron al mismo sitio, con lo que era previsible que ocurriera de nuevo. Pero nadie hace nada para evitarlo y los funcionarios tienen las manos ‘atadas’.

La Generalidad le resta importancia

Conociendo los detalles de lo sucedido -una pelea en la que participaron una treintena de presos y tres funcionarios resultaron heridos- y las armas blancas incautadas -un total de cinco, dos de ellas de grandes dimensiones-, llama la atención que el Departamento de Justicia de la Generalidad de Cataluña informe del incidente como una "posible pelea" a la que -obviamente- intenta restar importancia.

"La rápida actuación de los funcionarios del módulo hizo que se recondujera la situación", reconoce la comunicación -de dos breves párrafos de extensión- que destaca sin embargo que los trabajadores de prisiones heridos "sufrieron contusiones menores que no requirieron mutua ni han causado baja". Una explicación que enfada más si cabe a los sindicatos que llevan años demandando una mayor dotación de recursos para garantizar la seguridad en las cárceles.

"Es increíble que esa sea la respuesta ante una pelea de estas proporciones", asevera Alberto Gómez. "La gran suerte es que, otra vez gracias a la rápida actuación de los funcionarios de prisiones, se impidió que estuviésemos hablando de algo mucho más grave", advierte, "pero en cualquier momento puede suceder un incidente que tengamos que lamentar". "Pedimos que se tomen medidas urgentes y que empiecen a actuar de una manera firme".

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