Carles Puigdemont simplemente está siguiendo el ejemplo de Arnaldo Otegi. El líder proetarra ha sido el separatista más beligerante y, a la vez, el más privilegiado por Pedro Sánchez. Bildu ha confirmado este 23-J que todos los favores y cesiones de Sánchez le han servido para adelantar al PNV, tal y como ya anticiparon los resultados de las elecciones del 28-M. Puigdemont se ha dado cuenta y quiere emular el modelo. Porque con Sánchez tiene premio desafiar la unidad de España y la Constitución.
Los resultados son tozudos. 23-J: Bildu 6 escaños y 333.362 votos. PNV 5 diputados y 275.782 votos. ¿Se trata de un resultado habitual? No. El pasado 10-N de 2019, en unas elecciones equiparables, Bildu obtuvo 5 escaños -1 menos- y 277.621 -55.741 votos menos-. ¿Y para el PNV? Tampoco. Aquel 10-N de 2019, los de Iñigo Urkullu lograron 6 escaños -uno más- y 379.002 votos -103.220 más-.
Traducido: tras esta legislatura, Bildu se ha situado casi en los resultados del PNV y el PNV en los de Bildu. Porque gracias a Sánchez, el más radical de los separatismos radicales sale ganando. Igual que ha ocurrido en Cataluña entre Junts y ERC, donde cae mucho más el partido de Junqueras -que ha buscado entenderse con Sánchez- que el de Puigdemont -que ha exacerbado aún más su carácter ultra-.
Y es que quien sigue aprovechando los pasos por el poder de Pedro Sánchez es Bildu. El partido de Arnaldo Otegi ha desplegado su manto de poder por todo el País Vasco y buena parte de Navarra. Y PNV ha respaldado a Sánchez en La Moncloa mientras alimentaba a su contrincante delante de sus narices. Bildu ya ha adelantado al PNV en número de concejales en el País Vasco y Navarra el 28-M y ya tiene más votos en unas elecciones generales en el espacio que ellos reivindican como su pretendida Euskal Herria.
La radiografía de la creciente amenaza nacional es obvia. Bildu obtuvo el 28-M 1.050 concejales en el País Vasco frente a los 981 del PNV. Logró levemente menos votos (297.000 frente a los 322.000 del PNV) pero los amortizó con un mayor poder local.
Los proetarras consiguieron en Navarra 345 concejales frente a los 45 del PNV y en el territorio foral se repitió el reparto: 68.956 votos frente a los 19.309 de Geroa –la marca del PNV en Navarra–. De hecho, ya son decisivos en la gobernabilidad del Ayuntamiento de Pamplona pese a que lo haya ocupado teóricamente UPN: la mayoría depende del pacto entre Bildu y los socialistas.
Y la imagen de la suma en conjunto tras el 28-M es aún más letal: en el saldo total de las elecciones municipales, Bildu adelanta ya a PNV por cerca de 400 concejales. Un saldo que anticipa que el reloj del PNV da sus últimas horas de cara a las próximas elecciones regionales en esa comunidad.
Bildu ha sabido estrujar la gobernabilidad de Sánchez. Lo ha hecho mientras los socialistas de toda España observaban el auge de los proetarras sin atreverse a cuestionar a Sánchez ninguna de sus medidas. Y el PNV lo ha hecho mientras observaba cómo Sánchez daba todo lo que pedía Arnaldo Otegi.
Y el resultado es visible. Una fuerza sin igual de Bildu. La realidad es que en estos momentos, el voto conjunto de Bildu en estas elecciones municipales multiplica por tres el cosechado por Podemos en toda España. Y, en número de concejales se queda, únicamente, a unos 300 concejales de un partido de fuerte implantación nacional como Vox.
Y en las generales más de lo mismo. Se trata de la fuerza separatista que más poder gana y encara la recta final hacia las autonómicas vascas habiendo adelantado en voto conjunto al PNV en la suma de País Vasco y Navarra.