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La Guardia Civil lleva a la Justicia el cartel que llama prostitutas a las agentes en plena polvareda por Rubiales

El ofensivo cartel usa de forma ilícita la imagen de dos guardias civiles mujeres para promocionar un festival

El ofensivo cartel usa de forma ilícita la imagen de dos guardias civiles mujeres para promocionar un festival
LD

Escándalos de primera y de segunda. Mientras toda la izquierda colapsaba las redes con mensajes, comunicados y críticas al beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, las fiestas de Bilbao incluían un cartel por las calles en el que, entre otras frases, aparecía una que afirmaba: "Todas somos prostitutas". El cártel tan sólo contaba con una imagen: dos agentes femeninas de la Guardia Civil.

Resultaba extraño no pensar que, quizás, alguien había querido llamar prostitutas a las mujeres de la Guardia Civil. Pero lo cierto es que nadie en la izquierda y el feminismo enloquecido español lo hizo. Y quien sí lo ha hecho ha sido la asociación de la Benemérita, JUCIL, que se ha cansado de insultos y ha llevado el caso a los tribunales.

"La asociación profesional pide que se tome declaración al alcalde de Bilbao para que aclare cómo se ha permitido y apoyado una convocatoria de conciertos en la que se ejerce con absoluta claridad la violencia machista frente a las mujeres", señala JUCIL en la exposición de su denuncia.

Según recoge el escrito, la asociación "confía en que las fiscalías especializadas en violencia de género y también en delitos de odio actúen de oficio ante estas evidentes pruebas de delito" y añade una denuncia por injurias a la que ha invitado a sumarse como directas perjudicadas a las dos compañeras cuyas fotografías aparecen en el cartel.

Los servicios jurídicos de la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) han interpuesto, de este modo, el pasado 31 de agosto una denuncia por delito de odio e injurias contra los promotores de un concierto de las fiestas de Bilbao en cuyo cartel aparece la fotografía de dos mujeres guardias civiles junto a las palabras en inglés ‘We are all prostitutes (Todas somos prostitutas)", en un "claro ejemplo de violencia machista por parte de los autores de esta convocatoria".

JUCIL, además, en su denuncia ante los juzgados de instrucción de Bilbao califica estos hechos como un delito de odio, porque "la foto en si misma y el texto que la acompaña discrimina a todas las mujeres que ejercen de guardias civiles, desprestigiándolas y dejándolas en evidencia por su condición de mujeres. El cartel propicia la discriminación y el odio hacia la Guardia Civil y hacia la mujer".

La denuncia añade que "el mensaje que transmite la publicación, en todo caso, es una ofensa para todas las guardias civiles, puesto que representa que todas las mujeres guardias civiles son prostitutas con el único fin de ofenderlas por su carácter de mujeres y desprestigiar su labor profesional".

JUCIL resalta que, para colmo, "una de las compañeras de la fotografía es asociada, pero la asociación vela no sólo por los derechos de los que estamos asociados, lo hace también por todos los integrantes de la Guardia Civil". "No es lógico, ni tiene sentido, que se subvencione desde las instituciones públicas este tipo de iniciativas en las que se denigra a las mujeres" añaden.

La asociación quiere que se tome declaración al alcalde de Bilbao, el nacionalista José María Burto, y que el Ayuntamiento aporte toda la documentación relativa a la autorización que tuvieron que presentar los organizadores ante el citado consistorio, "y donde constaran los datos de los que la solicitaron para que sean citados también a declarar".

JUCIL también reclama en su denuncia la ayuda del Servicio de Información de la Guardia Civil para que acredite la titularidad de los promotores de este festival "que se esconden a través de una cuenta anónima de Instagram". Este festival se ha promocionado en paralelo al programa oficial de las fiestas de Bilbao con conciertos de música punk-rock de grupos muy poco conocidos y que tiene lugar "justo al lado de la 'txozna' Kaskagorri, la caseta de una de las comparsas más polémicas de Bilbao, habitual por sus homenajes a los etarras, ya que muchos de ellos pertenecen a dicha comparsa".

Todo esto ocurre en plena efervescencia del caso Rubiales. Pero este ataque a las mujeres de la Guardia Civil no parece interesar demasiado.

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