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Un guardia civil herido en un salto en Melilla de 2022 debe dejar los GRS por el mal estado de su casco de dotación

AUGC pide a la Dirección General del Instituto Armado material de "más calidad" y que "proporcionen mayor nivel de protección".

AUGC pide a la Dirección General del Instituto Armado material de "más calidad" y que "proporcionen mayor nivel de protección".
Vallado de la frontera de Melilla. | Archivo

El 3 de marzo de 2022 un grupo de más de millar y medio de inmigrantes subsaharianos hizo un intento de entrada en territorio español a través del vallado fronterizo de Melilla. Los agentes marroquíes lograron retener a un número importante, pero buena parte de ellos se terminaron enfrentando a los agentes de la Guardia Civil que custodiaban la valla por el lado español. Era el segundo intento en 48 horas.

Los inmigrantes utilizaron palos, piedras y otros tipos de objetos lanzables para tratar que los agentes retrocedieran en sus posiciones y pudieran entrar en suelo español. El resultado final fue de 16 guardias civiles heridos de diversa consideración, algunos de los cuales tuvieron que quedar ingresados en los centros hospitalarios de la ciudad autónoma para poder recuperarse de sus lesiones.

Uno de esos agentes con heridas de importancia pertenecía a los GRS (Grupos de Reserva y Seguridad) del Instituto Armado, una unidad especializada en el mantenimiento del orden y el control de masas. Y ahora, casi dos años después de aquellos hechos, se conoce que las secuelas de aquellas lesiones le van a impedir continuar en la unidad especializada en la que prestaba servicio.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha informado de que el agente recibió tras recuperarse de las lesiones una limitación del 10 por ciento, lo que es incompatibles con mantenerse en los GRS. Pero achacan esta situación no sólo al golpe recibido, sino al mal estado en que se encontraba el casco de protección, que fue lo que provocó también que sufriera un problema de cervicales.

"El casco del agente no le protegió totalmente cuando un migrante le asestó un golpe con un palo. Uno de los motivos pudo residir en la antigüedad del material, ya que el 93,6 por ciento de los cascos dotados tienen más de 20 años con el total conocimiento de la Dirección General de la Guardia Civil. Y, según afirma uno de los proveedores de este equipamiento, la vida útil de las carcasas de sus cascos es de 10 años", mantienen desde la asociación.

"Ahora, este guardia civil, sin ningún reconocimiento a su labor por acudir a la llamada del oficial presentándose al servicio en su día libre, tiene que perder su especialidad de GRS por la falta de atención de la Dirección General de la Guardia Civil en suplir las deficiencias del material antidisturbios con los que tienen que prestar servicio los guardias civiles ante situaciones tan peligrosas", han denunciado desde AUGC.

Tras esto, han vuelto a exigir cascos y escudos para el personal antidisturbios con "más calidad" y que "proporcionen mayor nivel de protección". "La Guardia Civil necesita que la Institución proteja y que no olvide las necesidades ni los riesgos a los que nos exponemos día a día o en situaciones como estas. No queremos lamentar ningún tipo de daño eludible con la provisión de un material antidisturbios de calidad y actualizado. Y con ello no sólo hacemos referencia a los cascos o escudos, también a los chalecos, las coderas, espinilleras y máscaras", concluyen desde la asociación profesional.

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