
El vídeo de un profesor de Madrid que se define como "no binario" y dice haberse cogido la baja por las quejas de las familias cuando, entre otras cosas, pide que le traten como "elle" ha desatado una ola de críticas en redes sociales. "Os va a parecer cómico, pero no lo es", advierte en su canal de Youtube la escritora y particularmente crítica con la Ley Trans Lucia Etxebarria.
La historia de este docente, llamado Leo, ha sido difundida a través del canal de Instagram del llamado "Proyecto Hortensia", puesto en marcha por distintas organizaciones en medio del debate de la polémica norma impulsada por Irene Montero para "reforzar narrativas de empatía y apoyo a las personas trans".
"¿Y por qué una hortensia? Las hortensias pueden ser de varios colores y cuando plantas semillas no se sabe de qué color van a salir. El crecimiento de una hortensia es una historia de diversidad que tiene un final bonito y feliz", explica uno de los colectivos implicados.
La historia de Leo
El profesor en cuestión es el protagonista de uno de los vídeos, en el que él mismo relata su caso. "Me llamo Leo, profe de Secundaria en la escuela Pública de Madrid, y soy una persona no binaria. No atiendo a los roles de género como otras personas —arranca su testimonio—. Cuando me presento, me gusta pedir dos cosas: una, que no imiten este acento andaluz tan bonito que tengo… ¡Me pone de los nervios!; y, otra, que me llamen por mi nombre, Leo, y mi pronombre, elle".
Según denuncia, "hay personas que no lo respetan" y, "aunque en la comunidad educativa tenemos el deber de hablar sobre la discriminación hacia el colectivo, hay familias que se empeñan en intentar ocultar esta temática". De su relato se desprende que muchas familias no comparten su visión, lo que habría provocado numerosas quejas que le habrían afectado personalmente.
"Y, aunque adoro mi trabajo y a mis estudiantes, por primera vez en 7 años me he tenido que coger mi primera baja. No ha sido nada bonito sentir que no quería dedicarme a esto. ¡Con lo que me gusta a mí ser profe!", lamenta. Sin embargo, y puesto que el Proyecto Hortensia gira en torno al agradecimiento, Leo da las gracias a su alumna Ari y a su madre Amaya: "Siempre han estado ahí para tenderme una mano. Me consta que, en los grupos de Whatsapp y en otros espacios, hay familias que nos critican y hacen de menos nuestra labor. Amaya no solo ha dado la cara por mí, sino que piensa que es una suerte que demos clases en ese colegio, y eso me da mucha fuerza para seguir adelante". Con todo, Leo subraya la importancia de contar con muchas familias como esta para apoyarles "frente a los que hacen mucho ruido".
Críticas en redes sociales
Tras hacerse viral, su testimonio ha desatado numerosas críticas en redes sociales, donde muchas feministas denuncian que un profesor pretenda imponer a sus alumnos "un lenguaje inventado" y que se coja "una baja que pagamos todos". Particularmente crítica ha sido la escritora Lucía Etxebarria quien, además, recuerda que hay muchas personas en este país que tienen razones de mucho más peso para cogerla y no lo hacen porque no pueden. "En primer lugar, quiero decir que yo soy autónoma como todos sabéis, y que yo no me puedo permitir coger una baja; ni yo ni 3 millones y medio de personas como yo, porque si yo cojo una baja, dejó de cobrar", denuncia visiblemente indignada.
La escritora pone, además, numerosos ejemplos para entender cómo se pueden sentir esas familias que, para referirse a él, tienen que decir "le profe está enfadade". "Es que, inevitablemente, algunos se equivocarán, claro, porque te están forzando por ley a negar lo que ven tus ojos y hablar en una jerga que no puedes hablar (…). Entonces… ¿Qué sucede? Que hay un montón de padres que lo flipan. No es que sientan odio, es que le están obligando a hacer algo que no pueden hacer", denuncia.
Etxebarria insiste, además, es que esto no es una cuestión política: "Habrá un montón de padres, probablemente muchos de ellos votantes del PSOE, que descubren para su horror que están obligados por ley a decirle ‘elle’ o a decir que ‘le profe está enfadade’ y que están obligados por ley a asumir que a sus hijos les van a contar que existen personas que no son ni hombres ni mujeres".
Y es precisamente en este punto en el que la escritora hace hincapié, puesto que considera que dicha corriente no solo es acientífica, sino que, además, pone en jaque grandes disciplinas en las que la genética es crucial: "Medicina, Biología, Veterinaria, Oncología, Psicología…". Aunque respecto a esta última advierte de que, "en determinadas universidades, el pensamiento woke está eliminando o reduciendo mucho el temario de genética de la conducta". "Yo alucino", concluye.

