La liberación de miembros de ETA y demás delincuentes "repugna a todos", incluidos a los jueces que tienen que tomar la decisión. Así, pocos minutos antes de la salida de prisión del asesino de Alcácer, el presidente volvía a dar la cara por la magistratura y trataba de situarse al lado de las víctimas. "Es muy triste, muy duro y muy desagradable", reconoció en rueda de prensa en Vilna.
Mariano Rajoy no quiso hacer distinciones entre los casos que están apareciendo en los medios de comunicación convulsionando a la opinión pública. La sentencia de Estrasburgo que tumba la doctrina Parot no le gusta "nada", como tampoco a la mayoría de españoles. “Es muy duro. Primero para las víctimas, desde luego, pero también para los propios jueces y para el conjunto de la sociedad", aseguró.
Si bien, el mandato de Estrasburgo hay que cumplirlo, según se desprende de su análisis, que por otro lado no es nuevo. "Los jueces que ahora están tomando estas decisiones, estoy absolutamente convencido de que también las toman sin que les guste tomarlas", añadió, en ese meditado espaldarazo a la Justicia.