En lo que resta de legislatura, toda decisión que se tome en la Moncloa tendrá un indudable cálculo electoral. La primera prueba de fuego para Mariano Rajoy serán las elecciones autonómicas y locales. Si los resultados son catastróficos -esto es, si pierde plazas históricas para el PP como Madrid y Valencia-, algunas voces de su propio partido ponen en entredicho su intención de presentarse a la reelección. Pero él, pese a las encuestas y al descontento de una parte importante de sus bases, se muestra optimista en público y en privado. "La llave es la economía", proclama, y los pronósticos para 2015 son halagüeños.
Su hoja de ruta de aquí a los comicios –también las generales, que en principio se celebrarán a finales del próximo año- consta de tres patas muy claras, por el siguiente orden de importancia: "economía, corrupción y Cataluña". El presidente espera concluir el mandato con una batería de buenas noticias sobre el primero de los bloques: a la bajada de impuestos se añadirán decisiones de corte social en las que serán importantes los departamentos de Fátima Báñez (Empleo) y Alfonso Alonso (Sanidad). A lo que incluir más pedagogía, más presencia en los medios de comunicación y más calle.
En su comparecencia de balance –celebrada, como es tradición, tras el último Consejo de Ministros del año en la sala Tapices de la Moncloa-, Rajoy prometió que en 2015 llegará "el despegue definitivo de nuestra economía" con datos muy positivos en materia de empleo, aunque no se pilló los dedos. "Son las primeras navidades de la recuperación pero tendrán que venir más", aseguró. Y empezó con los anuncios: el Gobierno prorroga hasta el 31 de marzo la tarifa plana de 100 euros para contratos indefinidos.
Defensa del bipartidismo
Para el presidente, "hemos pasado lo peor y ha llegado el momento de recoger los frutos", pero hay que perseverar. "Ni bajar la guardia ni dar marcha atrás", recetó. Y, para ello, "la estabilidad es un valor", afirmó preguntado por la fragmentación en el Parlamento que dibujan las encuestas. La custodia del sistema vigente fue, una vez más, cerrada: "La estabilidad política e institucional nos ha permitido pisar suelo firme para hacer las reformas. Defiendo y seguiré defendiendo que la estabilidad es una virtud". Y aludió a aquellos países en los que han irrumpido otras fuerzas de corte populista para alertar de sus riesgos. "Surgen otras cosas que provocan inestabilidad, falta de progreso, retroceso y pérdida de bienestar. Entenderá que yo quiera para mi país siempre lo mejor", resumió.
Por ello, Rajoy justificó el bipartidismo y no cerró la puerta a llegar a un pacto de Estado con el PSOE tras las generales. "Eso dentro de un año, cuando conozcamos los resultados de las elecciones, podremos empezar a hablar de ello", respondió. Históricos del PSOE y del PP, con los que se reúne habitualmente en la Moncloa, han abogado por una coalición ante la irrupción de Podemos -"ese partido al que usted hace referencia", fue lo más que dijo sobre la formación de Pablo Iglesias-. En ese contexto -tras las urnas, y no antes-, tampoco descarta abordar una posible reforma de la Constitución.
El presidente no citó a Pedro Sánchez, pero se mostró benevolente con el partido que a día de hoy dirige: "luego se malinterpretan algunas cosas que digo, no tengo ningún problema con el PSOE". Aún más, sacó a colación la necesidad de llegar a acuerdos entre los dos grandes partidos pese a la decepción que le supuso no concitar el apoyo de Sánchez sobre el paquete de medidas contra la corrupción, que también ocupó parte de su intervención.
De las palabras de Rajoy se desprende que se da por satisfecho con la respuesta dada a esta lacra. "Ha creado alarma social" pero se ha dado "una respuesta integral para mejorar la lucha contra la corrupción", sacó pecho. Como ejemplo, destacó, la "nueva relación" entre los ciudadanos y la administración gracias al Portal de transparencia.
Le preguntaron si sigue confiando en la inocencia de la infanta doña Cristina, como sentenció públicamente en dos ocasiones, pero en esta ocasión orilló la cuestión: "Soy el presidente".
Defiende el plan de Montoro
Ningún cambio en el discurso ante el pulso separatista. "Lo he dicho en numerosas ocasiones: estoy dispuesto hablar de todo pero no me pidan que hable de la unidad de España", reiteró Rajoy. A partir de ahí, "estoy dispuesto a hablar de cualquier cosa que se me pida", y puso como ejemplo los acuerdos del último Consejo de Política Fiscal y Financiera, aprobados este viernes y que contó con la oposición de algunas baronías del PP encabezadas por Madrid.
Cataluña es la más beneficiada del plan de Hacienda, y Rajoy sacó pecho de ello: "tiene un valor muy importante sobre lo que es una nación (…) hay un Estado solidario que ayuda a todos y en los momentos de mayor dificultad", trató de argumentar. Cabe recordar que se ofrecen nuevos mecanismos de financiación al 0% de interés con el objetivo de garantizar los servicios públicos que prestan las autonomías.
El presidente lo repitió varias veces pese a que constató que Artur Mas "ha abandonado" la prioridad de salir de la crisis. "Lo que tenemos que hacer desde el Gobierno es pedagogía y explicar donde está cada uno. Dispuestos a hablar de todo, pero no de la soberanía nacional. Si no, no sería yo y de momento pretendo seguir siéndolo", insistió en rueda de prensa.
Sin mención a las víctimas de ETA
De nuevo, excluyó una mención a las víctimas de ETA en su intervención inicial -luego sí pidió la disolución de la banda terrorista, pero por preguntas de los periodistas- y mantuvo intactas las incógnitas en clave interna: "No es algo que esté encima de la mesa en estos momentos ni es una ocupación de la Presidencia. No procede entrar en nada", replicó sobre los candidatos del PP, y en especial sobre el ofrecimiento de Esperanza Aguirre que tanto malestar generó en la dirección nacional. Tampoco se sabe nada oficialmente sobre posibles cambios en Génova13, más allá de que habrá que diseñar un comité de campaña.
Un balance más -y ya son tres- en el que la economía ocupó la mayor parte de la intervención de Rajoy. "No he hecho ningún balance triunfalista, ha sido realista", se defendió. La gran prioridad sigue siendo el desempleo. "Gracias a los españoles por su coraje: quiero decirles que puede sentirse orgullosos de su país, algo bueno tendremos si los gobiernos y prensa extranjera nos ponen como ejemplo. Alguna cosa habremos hecho bien", reivindicó. ¿Se presentará a la reelección? "Sí", contestó tajante.