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Rajoy se enfrenta a un PP autonómico y local noqueado

Cataluña y las dudas sobre Sánchez Camacho son un ejemplo. Pero las alarmas suenan en otras comunidades de cara a la campaña de las generales.

Cataluña y las dudas sobre Sánchez Camacho son un ejemplo. Pero las alarmas suenan en otras comunidades de cara a la campaña de las generales.

"Nos falta tiempo". Lo repiten de forma preventiva los nuevos rostros de la dirección nacional, que intentan dar un revulsivo al partido tanto en el fondo como en las formas. En lo esencial, abriendo nuevos debates -como el de una mayor democracia interna- de cara al programa electoral y al congreso nacional que se celebrará en 2016. Pero, también, reformulando la imagen, con sus portavoces calzando deportivas y llevando camisas de forma informal e, incluso, camisetas.

Mariano Rajoy ha vuelto a Génova13 tras el batacazo de las municipales y autonómicas, y preside semanalmente el Comité de Dirección. En la reunión, Jorge Moragas y los vicesecretarios noveles plantean cambios para animar al alicaído partido. Una "ruta social" por las distintas comunidades, el nuevo logo para estar más apegados a los jóvenes y, principalmente, salir de los despachos y patearse la calle.

El giro se nota en el presidente, cuya presencia en los medios es mayor y mantiene encuentros informales con la prensa. En plena crisis griega, en varias ocasiones se paró ante los informadores para tratar de explicar la posición española y la idiosincrasia comunitaria. Ahora, sale andando de la sede nacional o del Congreso y se va a comer a un restaurante, cosa impensable hace tan sólo unos meses. Ya en la anterior campaña electoral, se atrevió con los paseos, y no le salió mal la jugada.

Génova se mueve, y promete que lo hará más rápido en las próximas semanas. "No vamos a tener vacaciones. Trabajaremos todo agosto", suele repetir Pablo Casado, convertido en el cabecilla de los nuevos vicesecretarios. El programa estará redactado en septiembre, con la economía como hilo conductor, pero introduciendo otros aspectos importantes como la reforma del Senado.

El problema no menor es que el partido no se mueve, ni mucho menos, a la velocidad de la nueva dirección. El sentimiento de derrota se repite en la mayoría de estructuras locales y autonómicas. O peor aún: en algunas comunidades, como en las Islas Baleares con José Ramón Bauzá fuera de la presidencia, se han abierto brechas importantes ante la remodelación de su cúpula. "El partido está dividido e inactivo", corrobora un importante dirigente, pero en esta ocasión de la Comunidad Valenciana. Allí, Alberto Fabra también dejará de ser el líder. "Nos enfrentamos en unos meses a unas elecciones tremendamente importantes no solo para la comunidad sino para toda la sociedad y el partido debe estar preparado", justificó este mismo sábado su marcha.

Rajoy no para de repetir que necesita que los cargos de base recuperen la ilusión y salgan a la calle, que vayan puerta por puerta vendiendo la recuperación económica. Pero "no hay sensación de estar ya en campaña", según el diagnóstico de un alto cargo del denominado aparato. "Están más ocupados en lo suyo y parece que no les importa que las generales estén a la vuelta de la esquina". Lo corroboran varios líderes regionales consultados, que avisan de que los ánimos están "muy bajos". "Rajoy no se quiere dar cuenta de cómo están las cosas", según uno de ellos.

El futuro de Sánchez Camacho

Cataluña es ejemplo de la difícil situación interna que atraviesa el PP. El 27 de septiembre habrá elecciones autonómicas y, tal y como adelantó este diario, existe una discusión en la cúpula sobre si Alicia Sánchez Camacho debe repetir como candidata. "La decisión no está tomada", aseguran desde la dirección, pese a que el entorno de la líder del PPC dio por hecha la designación. Rajoy no ha querido refrendarla, y en Génova se escuchan nombres como el de Xavier García Albiol o Andrea Levy, que ha desembarcado hace sólo semanas en Madrid como vicesecretaria general de estudios y programas

Si bien, más allá de si Rajoy cambiará o no de candidato -el dedazo sigue plenamente vigente, por lo que él tomará la última decisión-, lo que se nota en el ambiente es un derrotismo sin ambigüedades. El propio entorno de Sánchez Camacho destaca que nadie quiere ser el elegido porque el golpe electoral será terrible, quedando previsiblemente muy por debajo de Ciudadanos. "Elegir a Levy sería una faena. La sacrificaríamos. Es una opción a medio plazo", se escucha de forma reiterativa en la sede nacional.

"Alicia ha sacado los mejores resultados electorales del PP y ahora va a sacar los peores", exponen quienes tienen en mano los sondeos internos. De ahí que ministros y altos cargos del PP catalán sugirieran a Rajoy que hiciera coincidir las generales con las catalanas, aunque tal extremo parece descartado.

Si no hay sorpresas, el presidente convocará los comicios a finales de noviembre o en la primera quincena de diciembre. "Las catalanas serán un revés importante", avanzan ya en la dirección. Y ello volverá a repercutir en el ánimo de la formación, ya de por sí muy tocado. Bastaba estar en la reciente conferencia política; a pesar de las enormes expectativas generadas y la presencia masiva de ministros y altos cargos, hubo sillas vacías en la mayoría de los foros.

Las alarmas suenan en tradicionales fortines como la comunidad Valenciana y Madrid mientras que preocupa que el partido "no dé la talla" en Andalucía, esencial para tener un buen resultado electoral. Para reanimar el pulso, la dirección asegura que no tendrá vacaciones: ya se prepara la estrategia, con la vista puesta en hacer al PP más próximo a la gente. Todo parece permitido para intentar remontar salvo una cosa: sí o sí, Rajoy será el candidato a la Moncloa.

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