Durante este último mes, los viajes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han requerido la movilización hasta en 54 ocasiones del Falcon y el Súper Puma, según afirma VozPopuli. Sin embargo, no ha pasado desapercibida la sorprendente coincidencia de visitas institucionales puramente anecdóticas que se han producido precisamente en la misma zona en la que el PSOE celebraba congresos, actos o mítines.
De esta forma, una breve entrevista con el consejero delegado de Vodafone fue la excusa para desplazarse posteriormente a Torremolinos, donde el PSOE andaluz investía a Juan Espadas como su secretario general. Del mismo modo, Sánchez mantuvo un encuentro con "representantes del sector turístico" en la sede de INVAT-TUR, en Benidorm, para, poco después, clausurar el congreso regional del PSPV-PSOE junto a Ximo Puig.
El pasado 27 de noviembre también visitó las instalaciones de la fábrica Hiperbaric en Burgos precisamente el mismo día que participó en la inauguración del XIV Congreso del Partido Socialista en Castilla y León que se celebró en la misma ciudad.
Similar patrón se observó al volar a Murcia y a Santiago Compostela, donde también intervino en los congresos regionales de las dos federaciones, con la excusa previa de una visita a las instalaciones de la cooperativa FRUCIMU (Frutas y Cítricos de Mula), en Mula, Murcia, y un encuentro en la sede de Financiera Maderera (FINSA), en Santiago de Compostela.
Por ese motivo, la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ha registrado una iniciativa parlamentaria para preguntar si Sánchez está utilizando los medios que el Estado pone a su disposición para actos de partido: "La difícilmente explicable y sistemática coincidencia de visitas institucionales menores con los ritmos de la vida orgánica del PSOE hacen temer que el Presidente del Gobierno está usando de manera impropia recursos del Estado únicamente con fines partidistas".
Cs también ha destacado la hipocresía de un Gobierno que "ha ido señalando en los últimos tiempos la necesidad de reducir el uso del transporte aéreo por ser un medio muy contaminante" hasta el punto de que incluso se está planteando la opción de prohibir los vuelos de corta distancia. En este sentido, denuncia Arrimadas, "puede generar un profundo malestar en la sociedad que el Gobierno pretenda restringir o hacer económicamente inasumible el transporte aéreo mientras el propio presidente del Gobierno hace un uso intensivo, cuando no excesivo, del mismo".