A la misma hora que España comenzaba a jugar su primer partido en el Mundial, había un anfiteatro en Madrid mucho más animado que cualquier estadio de Qatar: el Congreso de los Diputados. No hacía falta ver a la selección golear a Costa Rica, bastaba con asistir a la primera intervención de Irene Montero en la Cámara Baja tras las polémicas rebajas penitenciarias conocidas al amparo de la ley del "sí es sí". Hubo gritos, aplausos y se corearon lemas con dos bandos enfrentados en el centro del campo.
La ministra de Igualdad acudía este jueves por la tarde a presentar las partidas destinadas a su ministerio dentro de los Presupuestos Generales del Estado. Tras su discurso triunfalista, llegó el de PP y Vox. El malestar en las filas de la izquierda era evidente y acabó por brotar al escuchar a la diputada de Vox, Carla Toscano.
"Es usted lo peor que le ha pasado a España en los últimos años", le reprochaba la diputada de Vox que se refería a la ministra de Igualdad como una "libertadora de violadores". "Su único mérito es haber estudiado a Pablo Iglesias", le decía elevando la tensión que ya se vivía en el hemiciclo.
Comienza la bronca
En ese momento, los diputados del PSOE empieza a aporrean sus escaños al grito de "vergüenza". No tardaron en seguirle los de Unidas Podemos, más vehementes aún en sus gritos, y los de ERC. El vicepresidente del Congreso, Alfonso Gómez de Celis, asistía impertérrito al espectáculo, sin llamar al orden a los diputados que también coreaban: "No todo vale". Tras dos minutos de ruidoso espectáculo, los diputados de Vox se sumaban al grito de "libertad" que era contestado desde la bancada de la izquierda con: "Libertad para insultar".
Gómez de Celis sólo intervenía para pedir a los diputados que se sentasen y para rogar a Toscano que retirase "la alusión que ha referido a la ministra sobre su relación con Pablo Iglesias". Ante la negativa de la diputada de Vox, el vicepresidente de la Cámara ordenaba retirarlo del Diario de Sesiones.
Pero el espectáculo no finalizaba ahí. Más tarde, la Irene Montero pedía el turno de palabra desde su asiento en la bancada azul, visiblemente emocionada y a punto de romper a llorar. "Quiero solicitar que se incorpore al diario de sesiones la violencia política que se está ejerciendo en este momento en la sede de la soberanía popular. Para que no se borre, para que después de mi no venga ninguna. Para que todo el mundo pueda recordar la violencia política y a quienes la ejercen. Para que se pueda saber que las feministas somos más y que vamos a parar los pies a esta banda de fascistas", afirmaba la ministra ante un estruendoso aplauso de PSOE, Unidas Podemos, ERC y Bildu que se ponían de pie. La ministra de Igualdad respondía con gestos para hacer gala de su aflicción.
La bancada de Vox aprovechaba el caos, que Gómez de Celis se negaba a frenar, para ponerse en pie y aplaudir también a Toscano, que salía al pasillo a agradecer las muestras de cariño de sus compañeros. Tras finalizar este capítulo, la ministra de Igualdad salía al pasillo del Congreso llorando junto a sus asesoras pero declinando hablar con los periodistas.
Terror sexual
Durante su intervención en el pleno, la ministra de Igualdad aprovechó para vender como un triunfo el aumento presupuestario para el ministerio de Igualdad del 9% respecto al año pasado y arremeter contra la derecha. "Frente a la debilidad de sus mentiras, de su promoción del terror sexual para crear inseguridad a las mujeres, en especial a las víctimas de violencia machistas", aseguraba en una mención velada a las críticas por las rebajas de penas para violadores debido a la reducción de horquillas en la ley del "sí es sí".
"En el poder legislativo avanzamos para que el Estado cumpla con todas sus obligaciones en la lucha contra las violencias machistas", añadía Montero. La oposición no desaprovechaba la oportunidad de recordarle a Irene Montero su chapuza de ley con la que han sido excarcelados violadores. "Hoy, usted, no debería estar en la bancada azul, es un insulto para las víctimas", le reprochaba la diputada del PP, Margarita Prohens, que explicaba su continuidad por su "soberbia" y la "incapacidad del presidente para cesarla". "Deje de hacer política contra las mujeres", imploraba.
Orden de respaldar a Montero
A partir de ese momento, las ministras del PSOE, María Jesús Montero, Isabel Rodríguez o Pilar Alegría tuiteaban su apoyo a Irene Montero. No tardaba en sumarse el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pese a que sólo unas horas antes, en la cumbre hispano-rumana en Castellón, le preguntaban expresamente si respaldaba a la ministra de Igualdad y evitaba pronunciar su nombre.
Estamos juntos contra la violencia machista. Negarla es una forma de ejercerla. Subirla a la tribuna del Congreso es cruzar una línea intolerable.
Seguiremos adelante con convicción y determinación.
Todo mi apoyo, @IreneMontero.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) November 23, 2022