Una valla es conocida por la Guardia Civil como "la infranqueable". Cuenta con un tendido de sólo 580 metros para separar Melilla de Marruecos. La otra, cuenta con 10.300 metros de extensión ha demostrado ser vulnerable. Un calificativo inexplicable para la valla que protege nuestra frontera, especialmente teniendo en cuenta que hablamos de Melilla, y que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no dejan de imputar a factores políticos.
Porque fue este mismo Gobierno el que en 2020 construyó el nuevo tipo de valla con un diseño cuando menos más difícil de superar con el fin de evitar los saltos –como el último intento de este pasado viernes en Ceuta-. Y es el mismo Ejecutivo de Pedro Sánchez el que no ha extendido la valla "infranqueable" permitiendo, por lo tanto, una mayor facilidad en el cruce ilegal de la frontera por los inmigrantes.
"La primera está virgen: saltos cero"
Fuentes de los agentes destinados a la protección de la Frontera destacan la comparativa de los dos tipos de valla. "El vallado infranqueable cuenta con nueve metros de altura. Embarrado en la parte inferior, con planchas lisas metálicas y rejilla metálica antitrepa. Y la parte superior con un innovador diseño de tambor". Se trata de la valla buena. El otro: "Vallado se seis metros de malla comercial y malla antitrepa con peines invertidos". Los resultados muestran una diferencia abismal. Desde la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, JUCIL, señalan que "la primera está virgen: saltos cero. La otra acapara la totalidad de los saltos o intentos de salto".
Y, con esa diferencia de resultado práctico, "el vallado alto cuenta con sólo 580 metros de extensión desde el año 2020 de inicio de su construcción; y el vallado normal se extiende por 10.300 metros", destaca JUCIL. El año de construcción de este segundo modelo data de 1998.
Y JUCIL no da crédito a que no se haya extendido el vallado bueno. Lejos de "encontrar una explicación técnica, sólo podemos pensar en motivaciones políticas para haber retrasado o bloqueado la extensión de de la valla infranqueable".
Lo cierto es que mientras que la valla sea peor y mayor la amenaza de saltos, más importante es el papel y compromiso de Marruecos en el control de la inmigración ilegal.
El plan era extenderla
El primer tramo de la valla de diseño moderno se extendió en aquel año 2020 por la zona entre la frontera de Beni Enzar y el Dique Sur. El plan era extenderla por los "puntos de mayor vulnerabilidad", tal y como aseguraron en aquel momento desde el Ministerio del Interior. Pero, "¿para qué sirve tener esa valla por unas zonas y una de peor calidad por otras si los inmigrantes siempre podrán buscar el punto más vulnerable?, se preguntan los guardias civiles de JUCIL.
Todo fue motivado por la promesa del Gobierno de la eliminación de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla. Una promesa que abrió las puertas a todo un rediseño del sistema de protección de la frontera con Marruecos y que debía haber permitido una elevación general de la altura de la valla de aproximadamente un 30% en los principales tramos. El objetivo teórico se habló, de hecho, de llegar a los diez metros de altura.
La realidad es que el Gobierno nunca se comprometió a reformar toda la valla de la frontera. Y, efectivamente, a escasos meses del fin de la legislatura, la mítica -y franqueable- doble valla de menor altura sigue siendo la opción muy mayoritaria. Hay que recordar que las polémicas concertinas fueron colocadas durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en el año 2005. Grande-Marlaska se comprometió a quitarlas y aprovechar el cambio para mejorar la protección pero con más humanidad. Pues bien, "a estas alturas, la valla buena sigue siendo minoritaria", subrayan desde la Guardia Civil.