El acuerdo entre el PSOE y Sumar para la constitución de un nuevo Gobierno progresista contempla la reducción, en dos fases, de la jornada laboral a 37,5 horas semanales; una nueva regulación del despido que se ajuste a la legislación europea, reforzando las causas del mismo; y la continuidad de la senda alcista del salario mínimo interprofesional (SMI), de forma que en el Estatuto de los Trabajadores quede reflejado que debe acompasarse al 60% del salario medio.