De la fotografía que inmortalizó, en Bruselas, el pasado 4 de septiembre a Yolanda Díaz y a Carles Puigdemont, a la captada en Barcelona, el pasado jueves, entre Félix Bolaños y Oriol Junqueras han pasado 57 días. Cerca de dos meses en los que se ha materializado el golpe a la forma política del Estado, así como a los valores supremos de Libertad, Justicia e Igualdad que están en nuestro ordenamiento jurídico.
Más allá de las leyes pasadas, y las futuras que están por llegar, los preámbulos de las normas y los densos argumentarios, están las imágenes que nos deja todo este "proceso". Instantes, fracciones de segundo inmortalizadas por los reporteros gráficos que también nos sirven para contar la Historia.
El capítulo más actual que estos días nos toca narrar nos ha dejado; golpistas despachando con mal llamados demócratas, etarras disfrazadas de mujeres de estado, a una princesa, la nuestra, Doña Leonor, rodeada de hienas, y a un emisario con ínfulas que, seguramente, será bien recompensado por los servicios prestados.
Como advertía el presidente castellano manchego, Emiliano García Page, lo más preocupante son las fotos que están por llegar. El socialista se confesó tras la jura de Leonor. En su cabeza, probablemente, una imagen que está por captar: la de Sánchez junto al prófugo golpista Puigdemont.